Por: Mario Morales Charris, 33º
Ex Gran Maestro de la Muy Respetable Gran Logia
del Norte de Colombia
Catedral de Notre Dame (París, Francia) |
La Francmasonería como organización, constituida por hombres y mujeres de buenas costumbres, no podía estar a espaldas de la evolución de la sociedad en general; algunas Logias y gremios de la Masonería Operativa dejaron gradualmente de realizar obras materiales (construcción de catedrales, castillos, etc.), pero siguieron como instituciones fraternales. Simultáneamente otros continuaron como organizaciones de trabajadores, conservando sus antiguos usos y costumbres, entre los que se destacan, las reuniones ritualistas que permitían la libre reflexión, la interpretación ética, filosófica y simbólica de los instrumentos o medios de la construcción.
Dentro de las colectividades debidamente organizadas que dirigían grandes obras arquitectónicas y más antiguas de la que se tenga conocimiento, podemos mencionar la de York(1), creada en el 926 para Inglaterra; la de Estrasburgo(2) (Francia) en 1459, año en que las Logias de Alemania se pusieron bajo su obediencia en la Asamblea de Ratisbona(3) (Alemania). No nos gusta hablar en primera persona, pero en esta ocasión permítanmelo hacerlo, para mí fue, entre otras cosas, la primera Gran Logia que se sepa, y en donde fue aprobado el documento intitulado: «Estatutos de la Asociación de Talladores de Piedra y de Constructores». Destacamos igualmente la de Suiza en el siglo XV, quien guardaba independencia en Berna y luego trasladada a Zurich, pero en momentos difíciles acudía a Estrasburgo; del mismo modo la de Viena, quien tenía bajo su jurisdicción las de Estiria y las de Hungría, también guardaba independencia y recurría a Estrasburgo como la anterior. Asimismo, de acuerdo a los Estatutos Schaw(4), documento elaborado el 28 de diciembre de 1598, en Edimburgo (Escocia), podemos observar la organización de las Logias Operativas, en ese entonces administradas por un Vigilante General (lo que sería hoy un Gran Maestro). En dicho documento se consignan los Estatutos y Ordenanzas que deben observar todos los Maestros Masones establecidos bajo el reino de Jacobo VI, representado por el Maestro de Obras William Schaw. Tiempo después, la Gran Logia de Inglaterra, creada en la ciudad de York en 1705, descendiente de las Logias Operativas, toma la organización establecida en los Estatutos Schaw, pero ya en ese período denomina a la federación de Logias: Gran Logia y a su representante administrativo: Gran Maestro.
La Masonería, cualquiera que sea su orientación, conservadora u ortodoxa y liberal o adogmática, ambas corrientes están de acuerdo que ésta se desarrolló en dos ciclos: el primero, correspondiente a la Masonería Operativa, propio de las corporaciones de constructores, que no eran simples operarios sino que cultivaban el arte de la construcción y se estructuraban jerárquicamente. Sus miembros se consideraban «Hermanos» y practicaban habitualmente la ayuda mutua. El segundo período, el de la Masonería Especulativa o Filosófica, cuyo objetivo es el perfeccionamiento moral y espiritual de la Humanidad mediante la construcción del Templo de la Virtud y la Razón, utilizando para ello herramientas simbólicas.
El tránsito de una etapa a la otra, la podemos situar temporalmente entre los siglos XII y XIII; no obstante, de igual forma se cree que la Masonería Especulativa surgió durante el Renacimiento, cuando los grandes proyectos de construcción de catedrales habían finalizado por el momento, y los trabajadores que accedían a las Logias se habían quedado, de pronto, sin un motivo ni lugar común para reunirse.
En esta época de transición de la Masonería Operativa a la Especulativa, nació la práctica de iniciar a hombres (nobles, burgueses, artistas, médicos, abogados, filósofos, artesanos, etc. con distintos credos religiosos) a los que se quería enaltecer por defender ideales comunes a nuestra Institución Masónica, o por cualquier otro motivo, incluyendo el del poder político. Como quiera que estas personas no pertenecieran al gremio de los constructores, eran consideradas y llamadas «Masones Aceptados».
En todo caso, las razones y los sucesos que condujeron a la conformación de la Masonería Especulativa son diversos, y uno de los principales, como lo expresamos arriba, lo fue la situación de los constructores al comenzar el Renacimiento; en efecto, existen otras dos historias más que sirvieron de escenario a este cambio, una la encontramos en Italia y la otra en Inglaterra.
Evidentemente, la ciudad de Florencia, Italia, se convirtió en un centro atractivo por excelencia en materia del desarrollo de las artes durante la revolución cultural respaldada por el Renacimiento. Una de las novedades esenciales en esta época, con relación a la labor de los pintores, escultores y demás genios de las bellas artes, es que sus trabajos comenzaron a ser financiados y adquiridos por los mecenas, permitiéndoles separarse de la iglesia católica, institución que mantenía el monopolio de ordenar la producción y compra de sus obras. De hecho, se generó un profundo cambio en la temática de las pinturas, dibujos y esculturas, ya no serían siempre de carácter religioso, pues los nuevos burgueses por lo general encargaban obras relacionadas con sus familiares o paisajes encantadores.
Como resultado en el cambio de panorama de trabajo y empleadores, a la vez se presentaron inmensas reformas técnicas propias de esa temporada, que no solamente se reflejaban en nuevos instrumentos de trabajo convenientes para la investigación científica, sino además en nuevas formas o procedimientos de pintar, como la viabilidad de obtener efectos ópticos novedosos y otros conceptos relacionados con la imagen, como la perspectiva, la profundidad, etc.
En virtud del progreso, los artistas se veían obligados a instruirse para ver cómo operaban dichos procesos, de qué manera aprovechar las técnicas y de qué modo sacar partido en su propio estilo artístico. Luego, era indiscutible que, sin perfeccionamiento, no sería factible lograr esos nuevos conocimientos en los talleres tradicionales. De ahí, que el gremio de los constructores y artistas de Florencia, miembros de una Logia de Masonería Operativa, tomaran la decisión de revertir esta realidad desventajosa y contrataron los servicios de Pablo Toscanelli, Leonardo da Vinci y Américo Vespucio para que crearan una academia donde pudieran instruirse.
Integración de la Academia en el sistema político Por: Giorgio Vasali |
Entre tanto, las academias se convirtieron en centros ideológicos donde los alumnos recibían formación política, pero en especial estudiaban las últimas técnicas del arte y el conocimiento científico con el objetivo de seguir con la lucha emprendida por sus antecesores. De esta forma, el gremio florentino se separa de la Masonería Operativa y se convierte en Especulativa, quien asume la responsabilidad de la enseñanza superior y el debate político.
Un siglo después de haber comenzado el Renacimiento en Florencia, Italia, encontramos la otra historia en Inglaterra. Efectivamente, el domingo 2 de septiembre hasta el miércoles 5 del mismo mes de 1666, se presentó un gran incendio en la ciudad de Londres, que prácticamente arrasó la ciudad. El fuego destruyó el centro de la ciudad medieval dentro de la vieja muralla romana de Londres. Amenazó, pero no llegó, al nuevo distrito aristocrático de Westminster, el palacio real de Whitehall y la mayoría de los asentamientos suburbanos de Londres.
El fatídico incendio, ha sido considerado como una de las mayores desgracias o tragedias de la historia de Londres. Se destruyeron 13.200 casas, 87 iglesias parroquiales, 44 salones de la Livery Company, la Catedral de San Pablo, etc. Dejó a unas 80.000 personas sin hogar, equivalente a una sexta parte de la población de la ciudad en ese tiempo. Uno de los motivos por los que el incendio fue tan destructivo se debió a los materiales de construcción, pues la mayoría de los edificios y casas eran de madera. En los nuevos planos de la ciudad se utilizó la piedra y el "ladrillo" para evitar ese problema en el futuro.
A raíz de esta calamidad, la Masonería Operativa inglesa, liderada por su Gran Maestre, Christopher Wren(5), se puso al frente para colaborar en la reconstrucción de la ciudad. Fue así como el rey Carlos escogiera al científico y arquitecto Wren como supervisor del Acta de Reconstrucción, y más tarde, en 1667, supervisor general de las obras del rey. Su plan urbanístico nunca se llevó a cabo, pero se hizo cargo de la reconstrucción de la catedral de San Pablo, una de las pocas catedrales inglesas edificadas después de la época medieval y la única de estilo renacentista de todo el país. Para su diseño, Wren se inspiró en la Basílica de San Pedro de Roma y a pesar de encontrar una fuerte oposición al final consiguió dotar a Londres y a Inglaterra de uno de sus edificios más hermosos, además rehízo 51 iglesias parroquiales y muchos otros edificios relevantes. De igual forma, también se construían Logias de Masonería Operativa alrededor de las edificaciones en restauración.
Una de esas Logias que contribuyó con al rescate de Londres fue la de San Pablo; pues, en 1703(6) tomó la decisión de no estar limitada a los constructores, y que a partir de ese momento podrían incorporarse profesionales o trabajadores de otros gremios y especialidades. Determinación que cambió radicalmente el curso de la historia Masónica.
Después, en 1717, cuatro logias fundarían la primera Gran Logia de carácter «Especulativo» en el mundo, la cual fue llamada «Gran Logia de Londres y Westminster» eligiendo como Gran Maestro a Anthony Sayer.
Con respecto a lo que acabamos de expresar merece una aclaración necesaria, se trata de la confusión que tienen algunos tratadistas sobre los conceptos de «Masonería Aceptada» y «Masonería Especulativa». Ciertamente, en la época medieval, estas dos expresiones difieren de ser sinónimas: la «Masonería Aceptada» es una parte integral de la «Masonería antigua» y acompaña regularmente a la «Masonería Operativa» desde sus orígenes. Sus miembros no eran «del Oficio» sino que pertenecían o bien a la nobleza, a la religión o a la medicina. Por consiguiente, la «Masonería Tradicional Antigua» estaba formada por las siguientes categorías o jerarquías:
1) Masonería Operativa Espiritual: practicada por los «inspiradores herméticos». Los «Caballeros-Masones Elegidos» de Martínez de Pasqually, según René Guénon, habrían sido unos de los últimos representantes.
2) Masonería Operativa Material: son los «Obreros de la Piedra» que construyeron las catedrales góticas y a los que se refería el Caballero Andrew Michael Ramsay.
3) Masonería Aceptada: en las Logias Operativas el médico y el capellán (Brother of Jakim) eran miembros aceptados y no iniciados en nuestros augustos misterios.
Estos tres cuerpos estaban sistémica y jerárquicamente constituidos en un conjunto que unía, en el logro de la Gran Obra, a las diferentes etapas de existencia según el principio hermético de «materializar el espíritu y espiritualizar la materia».
También nos atrevemos afirmar que el pensamiento Masónico moderno, en este período de transformación de la Masonería Operativa a la Especulativa, nace como una necesidad de darle importancia al humanismo del individuo. Se presenta en una fase de evidente desigualdad social, como despotismo religioso y carencia de libertad entre otros. No obstante, toda la crisis finalizó con el derrumbe del sistema feudal; o sea que la Masonería Especulativa surge en un momento histórico en que las necesidades espirituales y materiales del hombre estaban totalmente opuestas a los intereses de los señores feudales que hacían lo imposible, con el apoyo de la gran mayoría del clero, por mantenerse vigentes.
Es de aclarar, que por principios, la Francmasonería no es partidaria de la guillotina ni de la esclavitud de un pensamiento silencioso y clandestino. Tampoco fue creada para derrocar un modelo social, o derribar instituciones, o para gestar una revolución de masas, pero se ocupa de combatir manifiestas mezquindades humanas. En realidad, los Masones no podemos permanecer apáticos o callados ante la injusticia social, todo lo contrario, tenemos que esgrimir o enarbolar las banderas de la Igualdad, la Fraternidad y la Libertad.
El carácter especulativo de la Masonería contemporánea se refiere precisamente al estudio y reflexión interior del Masón, lo cual debe hacerse, simbólicamente hablando, mediante el labrado de nuestra Piedra Bruta, para edificar nuestro templo interior, y esto denota esa característica fundamental de nuestra Institución actual. Es importante destacar una vez expuesto lo anterior, y hecho el breve y sucinto recorrido histórico de la Masonería, que la llamada Masonería Operativa, también estudiaba ciertas doctrinas filosóficas y esotéricas, tales como la doctrina hermética y la alquimia, aspecto que nos lleva a concluir que la llamada Masonería Operativa era también Especulativa, y que de la Masonería Especulativa actual, de Operativa solo le queda el uso y estudio de la Simbología.
Su gesto, motivado por las necesidades espirituales y filosóficas del ya mayoritario sector de Masones “aceptados” (los no ligados al oficio de la construcción, pero acogidos como miembros de las Logias), iba orientado hacia la reforma profunda de la Orden, definiendo como fines de la misma la mejora moral y espiritual de la Humanidad mediante la construcción del Templo de la Virtud y la Razón, utilizando, por tanto, herramientas simbólicas. Nace así la Masonería Especulativa, que es la que llega a nuestros días, predominando en ella la reflexión, el debate y el estudio, con mayor o menor proyección hacia la sociedad. De 1721 a 1738 se suceden las ediciones de las denominadas Constituciones de Anderson, en las que se compendia el nuevo proyecto y se incorporan novedades, como la consideración de la Maestría en un nuevo grado, personal e independiente del cargo, y se le dota de contenido ritual y simbólico.
Referencias bibliográficas:
1. Abrines, Frau Lorenzo. DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO DE LA Masonería. Tomo II. Editorial del Valle de México. México. Octubre 16 de 1981.
2. Beck, Ralph T. LA MASONERÍA Y OTRAS SOCIEDADES SECRETAS. Editorial Planeta. Primera edición. Bogotá. Agosto de 2004.
3. De la Cierva, Ricardo. EL TRIPLE SECRETO DE LA MASONERÍA. Editorial Fénix. Tercera edición. Madrid, España. Mayo de 1994.
4. Freinet, Guillaume. MASONES Y ROSCRUCES. Editorial Andrómeda. Primera edición. Buenos Aires, Argentina. Septiembre de 2006.
5. Learche, W. Cox. LA REGULARIDAD MASÓNICA EN UNA NUEVA LUZ. Berbera Editores. 1975.
6. Morales Charris, Mario, compilador. ANTIGUOS DOCUMENTOS DE LA MASONERÍA –Manuscritos antes de 1717– Gran Logia del Norte de Colombia. Ediciones Cencys 21. Barranquilla, Colombia. Marzo de 2004.
7. Ridley, Jasper. LOS MASONES. Ediciones B. Argentina, S. A. Segunda edición. Buenos Aires, Argentina. Junio de 2002.
8. Young, John K y Karg Barb. EL GRAN LIBRO DE LA MASONERÍA. Editorial Panamericana. Primera reimpresión. Bogotá D. C., Colombia. Abril de 2013.
(1) Morales
Charris, Mario, compilador. ANTIGUOS DOCUMENTOS DE LA MASONERÍA –Manuscritos
antes de 1717– Gran Logia del Norte de Colombia. Ediciones Cencys 21.
Barranquilla, Colombia. Marzo de 2004. Pp. 15-16.
(2) Gran
Logia del Norte de Colombia. Op Cit. Pp. 65-76.
(3) Id.
Pp. 77-84.
(4) Ib.
Pp. 95-98.
(5) Es
interesante señalar que el Gran Maestre, Christopher Wren fue miembro fundador
y presidente de la Royal Society. Asimismo sirvió como miembro del Parlamento inglés durante los periodos
1685 – 1688 y 1702 – 1705. Newton lo elogió y destacó por su brillantez como
científico. Fue el último Gran Maestre Masón de la
antigua Masonería Operativa de Inglaterra, dejó el cargo en 1702.
(6) Freinet,
Guillaume. MASONES Y ROSACRUCES. Editorial Andrómeda. Primera edición.
Septiembre de 2006. Buenos Aires, Argentina. P. 67.
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