viernes, 10 de julio de 2009

El Túnel de los Templarios


Por: Roberto González Oliveira
M.·. M.·. Resp.·. Log.·. Solidaridad Nº 472
Buenos Aires, Argentina


Q.•. H.•. Mario Morales Charris. En los primeros días del mes de junio de este año, un par de semanas después que el Papa Benedicto XVI hiciera su peregrinación por la ciudad de Jerusalén, tuve oportunidad de visitar la ciudad de Accre, Akko, o para los que la conocen con el nombre que fuera bautizada por los cristianos, San Juan de Acre.

Es muy difícil explicar esta visita, le presento disculpas por no poder extenderme demasiado sobre las razones de este viaje pero básicamente deseo explicar lo que verdaderamente sentí en ese lugar. Sólo le diré que realicé este viaje porque me atraía mucho la idea de visitar el famoso «Túnel de los Templarios», que fue encontrado por mera casualidad durante un arreglo rutinario del sistema de desagüe de la ciudad hace unos pocos años, y muy especialmente quería visitar la parte que todavía no está habilitada al público, que sin duda es la más grande y extraña de todo el complejo.

El Túnel en su totalidad, tiene más de un Km. de largo, va desde el Castillo de los Templarios hasta el puerto atravesando toda la ciudad vieja.

En realidad más que un túnel es una enorme construcción defensiva escavada en la roca viva; tiene en casi toda su extensión, tres metros de ancho por tres de alto y el techo en forma de semibóveda. Tanto éste como sus paredes están decoradas con muchísimas inscripciones, que cualquier Iniciado Masón no encontrará la menor dificultad en reconocerlas y en cierta medida entender algunos de sus profundos significados.

Para ser franco debo señalar, que todavía no me he repuesto de las cosas que vi en ese lugar. Solamente le diré que pude acceder a la parte no habilitada, aún al publico, del túnel gracias a los buenos oficios de los QQ.•. HH.•. de una Log.•. de la ciudad de Haifa y reconozco que a pesar de mis amplios conocimientos de arte e historia, soy Profesor de Historia del Arte y Restaurador pero especializado en pintura Europea, me resultó muy difícil aproximarme al verdadero significado de ese lugar.

Lo único que puedo formular son algunas tesis, basadas en justificaciones históricas, absolutamente discutibles a nivel académico y que pueden servir solamente como referencias de estudio.

Pero eso no es lo importante, lo que si es significativo, y por eso Q.•. H.•. Mario, le escribo esta nota con la esperanza de que la haga circular en su Oriente y en su pagina Web, es que los Masones comprendamos el valor y la jerarquía que tienen estos lugares para conservar nuestra identidad o nuestra identificación histórica como Orden. Por esta razón el punto central y los motivos de esta comunicación son los siguientes:

Primero: En ningún momento encontré alguna referencia oficial o informe que no esté relacionado con la cuestión meramente turística. No hay ninguna reseña histórica formal que explique las verdaderas razones que tuvieron los Caballeros del Temple para realizar esta genial e insólita construcción. Ni siquiera buscando en las bibliotecas públicas de Haifa se puede encontrar alguna indicación más o menos seria o interesante sobre el tema.

Segundo: Las autoridades municipales de Akko, dependientes del Gobierno Central de Israel, tienen una gran indiferencia y el más absoluto desconocimiento sobre los hechos acaecidos durante los siglos de dominio de la Orden del Temple y lo manifiestan sin ningún prurito.

Es mas, tuve la impresión que las autoridades a cargo del yacimiento arqueológico, consideran inapropiado resguardar o proteger algo de este periodo histórico, ya que según me lo explicaron, los “Templarios fueron asesinos tanto de judíos como de musulmanes”.

Tercero: Las autoridades académicas de la Universidad de Haifa y su importantísima Cátedra de Arqueología a cargo del eminente Profesor Adam Zertal, con el cual mantuve una larga conversación, me explicó muy amablemente que su Cátedra tiene amplia libertad de estudio, que no hay razones extra-académicas que los condicionen ni le resten autonomía, pero él particularmente no encuentra motivos de investigación ni ningún impulso económico para la exploración y el avance de los estudios sobre los siglos de dominio Templario en la ciudad de Accre. En otras palabras, no hay estudiantes en suficiente número que exijan o reivindiquen la necesidad de profundizar sobre este particular, ya que supongo –esto quiero que lo tome como una impresión personal– los estudios en este terreno, no establecerían ningún aporte trascendente a la historia oficial del pueblo Judío; por lo tanto, los estudiantes no manifiestan demasiado interés en el tema, ni nadie les hace notar la trascendencia de este momento en la historia del Hombre.

Con base a estas razones considero perentorio que la Orden, a través de sus academias de estudios Masónicos y demás autoridades científicas, fijen una posición y definan nuestra visión sobre lo que queda sin profanar de este importantísimo yacimiento arqueológico que tanto nos incumbe, que hace a la más pura de nuestras tradiciones y que corre serio peligro de ser tergiversado y falseado históricamente, no solo por intereses económicos-turísticos sino también por cuestiones de origen político-religioso.

Q.•. H.•. Mario, usted en su nota sobre «Arte y Masonería» plantea muy acertadamente que “los Templarios de los cuales descendemos y heredamos la simbología” son parte de nuestra identidad y por eso creo que cada Masón, cada Taller, cada Oriente, debe asumir el compromiso que juramos al iniciarnos y que hoy pasa por salvaguardar nuestra historia y así asegurar el futuro de la Orden para los HH.•. que nos seguirán.

Un T.•. A.•. F.•. para usted y los QQ.•. HH.•. del Oriente Colombiano...!