sábado, 7 de julio de 2007

Confederación Colombiana de Logias Masónicas


DISCURSO DEL GRAN ORADOR DE LA "CONFEDERACIÓN COLOMBIANA DE LOGIAS MASÓNICAS", VEN.·. H.·. JUAN VERGARA MÁRQUEZ


EN LA CEREMONIA SOLEMNE DE CONSAGRACIÓN DE LOS TRES TEMPLOS DE ESA OBEDIENCIA Y DE RECIBIMIENTO DE LA CARTA PATENTE EXPEDIDA POR EL GRAN ORIENTE DE FRANCIA, EL DÍA 24 DE MARZO DE 2007 (E.·. V.·.) EN EL ORIENTE BARRANQUILLA, REPÚBLICA DE COLOMBIA, CON LA PRESENCIA DEL GRAN CANCILLER Y EL PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE RELACIONES EXTERIORES DEL G.·. O.·. D.·. F.·. Y ALTOS DIGNATARIOS NACIONALES Y EXTRANJEROS.


QQ:.HH:. TODOS,


Hoy es un gran día. Muchos de los sueños que en la Mas:. se habían propuesto un grupo de hombres valerosos que desafiaron las estructuras existentes en la aparente regularidad Mas:. demostraron que somos más fuertes que las espigas, y de que juntos podemos hacer de nuestro mundo un mundo mejor.

Como lo ha dicho el Gran Maestro construiremos una sociedad sin rencores, con los brazos abiertos a todos y dispuesta a hacer la diferencia.

Por lo que podemos decir sin reparos, que la tarea de unirnos ha logrado su objetivo con la construcción de este nuevo templo que hoy inauguramos y la constitución de la Federación Mas:. que se une alrededor de una Masonería nueva, que rompe los esquemas que hasta entonces habían estando liderando la Mas:. en Barranquilla, permitiendo incluso el ingreso de mujeres en nuestra augusta Institución.

Con estas nuevas propuestas, nos hemos adelantado a un pensamiento futurista, para hacer de la Mas:. una cofradía actuante y vigente, lejos del sectarismo y las manipulaciones, lejos de la ofensa y las rencillas que habían hecho eco histórico de pugnas y peleas permanentes entre Hermanos, y depurada de frágiles componendas que nos alejaron por mucho tiempo de otros tantos Hermanos con quienes pudimos hacer Masonería, renovar nuestros espíritus y pensar en la sociedad. Esas actitudes que nos negaron las posibilidades de intercambio con otros QQ:. HH:. de conocer su estructura de conocimientos, de intercambiar las ideas sobre el Estado, la Política, la sociedad, la humanidad y el mundo en general que nos tocó vivir, haciendo de la Liturgia el único sustento de las Logias, como si solo los rituales nos hicieran alcanzar los ideales de ser hombres de bien y de buenas costumbres y el de abandonar, principios tan importantes como la hermandad, la fraternidad y la solidaridad, alejándonos de toda discusión o enfrentamiento de ideas en nuestras reuniones con la amenaza de la infracción a los Landmarks.

Esta historia, no se puede repetir, tenemos que empezar a percibir en esta nuestra Fraternidad, en nuestra Federación, una sociedad que esta dispuesta convertir a quienes ingresan en nuestra augusta institución en verdaderos hombres y mujeres que proclaman la libertad, y que ven en cada hombre y mujer a un HH:. con virtudes y defectos pero a los que están dispuestos a guiar en este mundo con la única razón de convertirlos en mejores seres humanos, en donde en cada taller, a través de los trabajos trazará las líneas de una construcción que estime son necesarias en el concepto de escuela auto formativa.

Debemos tener presentes que hemos decidido en nuestra Federación hacer de cada Logia organizaciones de puertas abiertas, donde tanto mujeres como hombres que consideren que nuestra escuela iniciativa es la apropiada para guiarle en el camino de la vida, y además consideren que existen principios importantes que podemos compartir, le sea franqueada la entrada.

Reconocer que no somos independientes, ni aislados, sino que formamos parte de un cuerpo universal que integramos cada uno como actor protagónico. En el cual todos somos actores principales en esta obra, y cada acción o gesto que hacemos repercute de alguna manera en los demás. Y recíprocamente, lo que los demás hacen o dejan de hacer modifica nuestra organización.

Ahora si podemos decir que LAS VERDADERAS LUCES ESTÁN ENCENDIDAS, vamos a incursionar en el mundo, vamos a dimensionar nuestra inclusión como una sociedad significativa para el avance y el progreso del hombre y a partir de allí, reconoceremos que había desde siempre otras ventanas del conocimiento y de la búsqueda del crecimiento personal, a través de las cuales podemos mirar, con igual esfuerzo que el que nosotros realizamos donde existen más importantes y superiores ideas y más elevadas propuestas, lo cual haremos como punto de partida en nuestra constante búsqueda para incidir como Masones en la sociedad.

Propenderemos por ser una Masonería actuante que deja de lado la historia del pasado glorioso para participar activamente en los cambios sociales, económicos e ideológicos que necesitan el país que nos tocó vivir. Que en nuestros templos se unan esfuerzos alrededor de propósitos comunes, en que se busca y toma la energía que nos es requerida para ser verdaderos agentes de cambio, donde se pueda decir que existen hombre y mujeres que sí han pulido la piedra bruta de su ser y resplandece en cada uno de ellos el espíritu Masónico. Pasar de una Masonería pasiva con actitudes de silencio por lo que sucede y transitar a ser actuantes y deliberantes, que siempre estemos presente en las soluciones y en las decisiones que afectan a los demás, que podamos ver la sociedad colombiana como el campo de alcance de nuestros ideales, a través de HH:. decididos a hacer de esta época el mejor tiempo que se puede alcanzar, para asumir el liderazgo de una sociedad que pide a gritos Masones de buenas costumbres y de ideales muy en altos, los cuales sí están presentes en nuestra organización.

Abran su corazón, su alma, sus sentidos y reciban queridos HH:. todo lo bueno que rodea la instalación de esta Federación y que es muchísimo más que lo que podrías crear por ti mismo. Mira lo que tenemos alrededor, elige lo bueno, lo hermoso, lo noble, lo sano, todo lo que está aquí, en forma de símbolos denota la seguridad de nuevos fuerzas que nos inundaran de energía. Vamos hacer de cada una de las Logias que integran la Federación las herramientas necesarias de instrucción Masónica que pueden serte útiles para la labor de perfeccionamiento del ser, y que vamos a mantener unidas por el fuego fervoroso del progreso de la Humanidad, de la Orden y de la Hermandad.

Aquí estamos, dando nuestro gran paso juntos. Démonos un abrazo fuerte, muy fuerte. Agradezcamos al G:.A:. D:. U:. que nos permitió realizar este proceso de convergencia de ideas y de proyectos, Y estemos dispuesto y en busca del H:. que pueda necesitarlo, para enseñarle que el camino de las ideas, de la libertad, de la fraternidad están siempre perennes en nuestra Federación.

Muchas Gracias a Todos
Or.·. de Barranquilla
24 de marzo de 2007 (e.·. v.·.)

viernes, 6 de julio de 2007

El Oficio de los Constructores y la Masonería Contemporánea


Por: Giovanni Geraldino Caballero, M.·. M.·.
Resp.·. Log.·. Nueva Estrella del Caribe No. 3
Muy Resp.·. Gr.·. Log.·. del Norte de Colombia


Se alcanza a comprender que lo que hoy conocemos como «Masonería» germina de una tradición empleada por los constructores en la edad media y que fue modificada en el siglo XVIII por variables exógenas al gremio, quizá la más importante fue la del decaimiento del negocio, consecuencia al monopolio eclesiástico que se tomó al oficio. Tales cambios trajeron consigo la continuación de su legado convirtiéndose en «Especulativa», recibiendo miembros en calidad de “aceptados”; es decir, que ya no era indispensable ser constructor para ingresar.

En el siglo XVIII sus modificadores la componen de arte y ciencia; arte en esencia ya que contiene un método de reglas morales, como también habilidades innatas y adquiridas del adepto; esta escuela nos invita al estudio y a pensar racionalmente cada capitulo de nuestras vidas, dejando en el tintero todo tipo de dogma, perfilando así su parte científica.

La Masonería especulativa se ocupa con otras ramas del saber, otorgándole a la alegoría su parte constructora, sin embargo era preciso censurar la política y crear una neutralidad en cuanto a la religión, siendo estos los temas mas complejos y vulnerables de todos los tiempos, elaborando la figura no impuesta del G.·. A.·. D.·. U.·. asignándole un matiz deísta, con el fin de buscarle una explicación a lo creado.

En esta reforma nace la idea que el aspirante, además de ser intelectual, debía contar con libertad y buenas costumbres, dándole a la Orden una distinción de sociedad perfecta; libertad de pensamiento para poder conectarse sin ningún conflicto a otras ideologías y de esta manera facilitar la adaptación a la majestuosa y hoy tradicional alegoría de sus rituales, sin tacharlos como sectarios. Colando a su vez para la institución “lo mejor, de lo mejor”, es decir personas que contaran con ética y valores necesarios en todos los tiempos para una sana convivencia. Por eso la Masonería se caracteriza como la unidad en la diversidad o fenómeno sociológico, por medio del cual personas extrañas entablan indestructibles lasos fraternales, sirviendo la Logia como principal escenario.

Si visitamos cualquier construcción en pleno siglo XXI con todas las facilidades que cuenta una persona para instruirse se alcanza a observar que el 60% del personal de obra cuenta con escasos principios y muchos de ellos sólo alcanzaron la primaria, lo que nos deja deducir, que en esa parte exista poca diferencia con los antiguos constructores, sumado a esto en la Edad Media sólo la clase alta tenia derecho a la educación.

En nuestro tiempo el oficio de la construcción se ha ido perfeccionando, no obstante trajo consigo sus tres rangos Aprendiz, Compañero y Maestro de un modo tácito, con la diferencia que ahora estos se encuentran especializados en una materia en especifico, por ejemplo: el arquitecto o ingeniero residente ocuparía el cargo de Ven.·. M.·., siendo el encargado de contratar, supervisar, dirigir y autorizar el pago en este caso a una persona para que se haga cargo de la electricidad del proyecto, llamada «contratista de los eléctricos». El señor contratista ocuparía el cargo de Maestro en su ciencia, a su vez este contrata a la cuadrilla de Compañeros encargados de las partes mas técnicas y los Aprendices hoy llamados en algunas obras “pupilos” se encargan del oficio mas pesado llámese arrear el material, excavar para acometidas de tubería y mezclar para elaborar registros. Así sucede con el trabajo de plomería, enchapes, estructura, resanes etc. Cabe aclarar que en algunos trabajos el Compañero además de desempeñar sus funciones, a veces realiza el trabajo que le corresponde al Aprendiz, todo depende del presupuesto de la Obra. Posiblemente de ahí nace la teoría o registro histórico que el Primer y Segundo Grado eran uno solo.

Muy seguramente para ser Aprendiz en la Edad Media era un requisito indispensable el conocer la retórica y la gramática para poder comunicarse con sus Compañeros, evitando crear cuellos de botella en planta. Probablemente también tenia el aspirante que contar con ciertos atributos físicos de perfección para ser aceptado y poder así desempeñar a cabalidad sus funciones. Hoy cada contratista crea sus requisitos de ingreso conforme a la ley.

La alegoría del Segundo Grado, deja ver que a los antiguos constructores les tocaba aprender un poco de cada cosa correspondiente a las ciencias del oficio, como era la geología, astronomía, geometría etc. En cuanto al arte era indispensable aprenderlo para el acabado que se le quería adornar a los interiores, fachadas y columnas de la estructura, por ejemplo:

En Grecia en el siglo IX a. C. nacen los siguientes estilos:
El dorico: columna compuesta por capitel, ábaco y esquino.
El jonico: capitel adornado con volutas.
El corintio: capitel adornado con hojas de acanto y calículos.
En Italia nacen dos estilos más en plena edad media:
El toscazo: capitel parecido al dorico y su fuste tiene una altura de siete veces su diámetro inferior. Y
El compuesto: que es una combinación del estilo jonico y corintio.

En cuanto al Mandil, hoy no se usa en el sector de la construcción y el que hoy utilizamos como símbolo Masónico, quedaría como poco funcional para el arduo trabajo del siglo XIII. De esta manera se entiende que es en el Periodo Especulativo donde nacen las interpretaciones a este, una de ellas dice así:

El Mandil del Compañero se altera, la babeta cae representando que el triangulo superior que forma su babeta, representa al mundo espiritual y su lado inferior forma un cuadrado que representa a el mundo material, explicando que el Compañero ya conoce estos dos espacios y que su espíritu ya penetra la materia.

Me atrevería a afirmar que el oficio de los constructores hoy como ayer se encuentra vacío de cualquier misterio tracendentalista, dejando sólo oculto los Toques, Palabras y Números aprendidos para emplearlos en los recibos de Salario, como hoy cualquier persona guarda en secreto su chequera, clave y tarjetas bancarias para la seguridad de su dinero. Los misterios apuntan a que aterrizaron en la Masonería del siglo XVIII recargando de ocultismo la alegoría del oficio.

Una de las diferencias que afronta la Masonería contemporánea y que no permite que fluya la fraternidad entre algunos Orientes es la mujer. Es justificado que para la Edad Media el oficio de la construcción fuera empleado por hombres ya que por lo obsoleto del equipo de trabajo se requería fuerza y conocimiento; fuerza que es una diferencia que siempre existirá, tratando de establecer un comparativo con el hombre, pero hoy debido a que es alegórico el oficio, la mujer se encuentra en óptimas condiciones para desempeñarlo. En cuanto al conocimiento, en ese entonces se adquiría a través de la experiencia o era transmitido de un funcionario a otro, lo cual era imposible de alcanzar para la mujer debido a las mismas circunstancias de la época.

No obstante, hace mas de medio siglo en todos los sectores pero en especial el que nos compete, el de la construcción evoluciona; hoy existe tecnología de punta y escuelas de formación para el oficio y con ellas mujeres arquitectas e ingenieras, que cuentan con el conocimiento necesario para dirigir una obra con cientos de hombres a su cargo. La inhabilidad de las mujeres es un paradigma que ellas se han encargado de romper con hechos.

En ese orden de ideas creemos justo con la tradición que empecemos a reflexionar en el arquetipo de cómo los antiguos constructores se crearon un objetivo diseño para desempeñar a cabalidad el oficio, levantando catedrales que hasta hoy perduran, utilizando sus herramientas justo para lo que fueron fabricadas y una de las principales tareas del Masón contemporáneo es emplear esos mismos instrumentos hoy llamados «Símbolos con disciplina en nuestra autoconstrucción», desarrollando una aptitud con “p”, dejando de lado esa actitud con “c” que atrofia la plena ejecución de ese deber ser de la Institución para aprender a optar en lo que es mejor para ella, sin sobreponer el como me gustaría que fuera. No obstante, la historia con hechos como el de este oficio nos ha dejado ver que los cambios son inevitables ya que si el oficio no se hubiese transformado como sucedió en el siglo XVIII, la Masonería tal como la conocemos hoy no existiera.

Si uno de los fines que persigue la Orden hoy es crecer, nos parece oportuno que los Masones rompamos con el paradigma de “no mostrar la Masonería”, ya que el mostrarla no seria problema, sino un beneficio si se sabe mostrar y a quién mostrar la Institución, así lo ilustra el mundo empresarial que busca consolidarse y expandir su productividad en el mercado. Nuestro producto cuenta con valores agregados incalculables y con la diferenciación que nos hace altamente competitivos.

Existen muchas personas capaces de formarse como Masones, paradójicamente no saben que esta formación existe y es aquí donde se encuentra nuestro nicho de mercado esperando estrategias para llegar a el.

jueves, 5 de julio de 2007

¿Ha Conseguido la Francmasonería el Poder Universal?


Por: Alfonso Mendoza Alfaro 30º
Resp.·. Log.·. Amistad No. 4
Muy Resp.·. Gr.·. Log.·. del Norte de Colombia


Toda asociación que se respete, para ser fuerte, necesita PODER. En los umbrales del siglo XXI hemos visto languidecer la potestad de la Francmasonería en lo que se relaciona con su liderazgo en lo social, moral, filosófico, docente, filantrópico, democrático, político y representativo de los valores éticos ante la sociedad civil en donde le corresponda actuar.

De los grandes Francmasones que forjaron nuestros principios tutelares e inalterables de LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD, PAZ, TOLERANCIA, DISCIPLINA, LEALTAD, INTEGRIDAD, HONESTIDAD, PERDÓN Y AMOR A LA HUMANIDAD, solo nos queda un grato e imborrable recuerdo de su paso por el planeta tierra. Fueron ellos, en nuestra amada patria: Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander, Antonio Nariño, Tomás Cipriano de Mosquera, Benjamín Herrera Cortés, Rafael Uribe Uribe, Salvador Camacho Roldán y Alberto Lleras Camargo; en Venezuela, Francisco de Miranda; en Argentina, José Francisco de San Martín; en Chile, Bernardo O'Higgins y Gabriel González Videla; en Méjico, Benito Juárez García, Miguel Hidalgo y Costilla y José María Morales y payón; en Cuba, José Martí y finalizando en el continente Americano, destacamos en Norte América, -baluarte de la democracia participativa-, a Benjamín Franklin Folger y George Washington.

En el continente europeo, figura Francia como cuna de la LIBERTAD y los derechos del Hombre y entre sus mas insignes hombres forjadores de la nacionalidad se destacan Jean Jacques Rousseau, François Marie Aroet (Voltaire), Charles de Secondat Montesquieu, Jean le Ron D'alembert, Marie Joseph La Fayette, Maximilien Marie Robespierre, Georges Jacques Danton y Honoré Gabriel Riqueti Mirabeau. Todos ellos dieron aliento a la juventud emancipadora de su época para iniciar la gran batalla de la liberación de sus pueblos del yugo despótico y opresor de sus gobernantes de turno. ¿Por qué triunfaron? Porque poseían poder y talento decisorio. La revolución democrática que lideraron siempre recibió el apoyo solidario de los pueblos oprimidos que liberaron. La alquimia PUEBLO–ESTADO siempre funcionó gracias a que los principios democráticos y Masónicos anteriormente reseñados rompieron los hierros de la tiranía y la esclavitud. ¿Ese mismo arrojo, valentía y perseverancia de los predecesores y fundadores de nuestra nacionalidad acaso se percibe en los Francmasones de la era de la Post–modernidad?

En las universidades no se vislumbra el control de la enseñanza con la filosofía masónica; en el sistema financiero mundial no se aprecia la bondad humanística de nuestros ancestrales preceptos con la exhibición de una justa redistribución de la riqueza; en los estrados judiciales no se observa la majestuosidad, pureza, equidad, virtuosidad y el pundonor que podría impregnar un solo representante de nuestra ORDEN a la hora de impartir justicia bajo un severo modelo de Moral Masónica. Somos un barco sin brújula y sin timonel, porque hemos dejado que los usurpadores del sistema controlen todas las actividades del poder económico, financiero, judicial, docente, universitario, político y jurídico.

Por otra parte el narcotráfico se ensaña en nuestra patria y en el mundo entero con la prepotencia de un déspota o de un tirano al que solo hay que rendirle pleitesía y obedecerle ciegamente sus consignas so pena de pagar cualquier rebeldía o intromisión con la pérdida de la vida o el ostracismo forzoso. Nos falta mas cohesión, arrojo, decisión, impetuosidad y espíritu liberador.

La juventud universitaria que en todas las épocas ha sido la reserva moral de la patria; que siempre ha demostrado sus inquietudes filosóficas, de liderazgo y de participación eficiente y sana en la administración pública y en las determinaciones políticas–legislativas con que la democracia premia a sus mejores hijos, hoy se pavonea en una visible apatía por los problemas que atañen a la nación cuando no se escuda con el terrible flagelo de la drogadicción, el homosexualismo, el narcotráfico, el pandillaje y la corrupción. Urge, pues, que la Francmasonería interceda realmente en la conducción moral y político–social de la comunidad en todos los países del globo terráqueo. Que rescatemos con liderazgo el PODER SOCIAL. Que iniciemos campañas mundiales de difusión del mensaje moral y didáctico que milenariamente ha distinguido a nuestra organización. Si a la Masonería le debemos la conquista de las libertades humanas y los derechos civiles; si la Masonería es una asociación filantrópica universal y que uno de sus objetivos es el análisis y discusión de todas las cuestiones sociales y económicas que tienen que ver con la felicidad de la humanidad; si la Democracia es hija de la Masonería, a nosotros nos corresponde educar a esa hija nuestra en la SABIDURÍA, la FORTALEZA y la BELLEZA. Si todas estas reflexiones tienen un vértice motivador que es el de resaltar la FRANCMASONERÍA como Institución eminentemente moral, docente, didáctica y filosófica, nada mas permisible para cristalizar nuestros ideales proselitistas que la ubicación de la UNIVERSIDAD como el mejor espacio regenerador de convicción y educación digno de nuestra condición de HOMBRES LIBRES Y DE BUENAS COSTUMBRES, Y DE SOBRESALIENTES LIBRES PENSADORES.

Preparemos a nuestra juventud dentro del ALMA MATER con ideales Masónicos altamente positivos para que de este semillero ideológico germinen las nuevas generaciones que enarbolen las virtudes cívicas que harán posible la convivencia universal en paz, orden y armonía. Que sea posible que los futuros gobernantes deslumbren por su honestidad, pundonor, ética y sensibilidad social y democrática; que los entes legislativos se preocupen y esmeren por la creación de leyes licúrgicas que beneficien a la comunidad; que el sistema financiero visualice que la economía de las naciones será más próspera, justa y sana cuando la redistribución del ingreso tenga como finalidad hacer nuevos productores de bienes y servicios libres de la especulación, el agio, la usura y la amedrentación de los mas fuertes contra los más débiles; que la justicia quede en manos de funcionarios probos, inmaculados, insobornables, imparciales y apolíticos; que la educación formal y básica sea adogmática, laica, metódica y pragmática y para que, como acertadamente lo expresa nuestro V.·. H.·. escritor e historiador, JOSÉ MORALES MANCHEGO, Gr.·. 31º en su artículo aparecido en el periódico La Libertad de esta ciudad en sección TEMA DE ANÁLISIS del día 1º de Octubre de 2007: «Las instituciones de educación superior, comprometidas como están en la formación de profesionales en la excelencia, no pueden seguir impasibles ante la incandescente pira de la historia, y mucho menos cuando algunos de sus egresados están involucrados en procesos judiciales por corrupción, “parapolítica” y delitos de lesa patria, lo cual hace que los esfuerzos realizados en el campo de la docencia y la investigación, se vean opacados por el impacto de las fuerzas oscuras, que han llegado al colmo de infiltrarse en las instituciones republicanas, para burlar a las autoridades y seguir atentando contra los bienes privados, los bienes de la comunidad y la vida de nuestros conciudadanos».

Que no sea un sueño la creación de una nueva sociedad. Que sea un compromiso solemne con la humanidad. Clipsas tiene la palabra. Que la realización de su Congreso Internacional en nuestra acogedora ciudad tenga en cuenta los grandes conflictos que afligen al género humano. La Masonería tiene su propia doctrina social. Ella se basa en su lucha contra la corrupción (sea ella oficial o privada); su combate frontal contra la ignorancia y el analfabetismo y su activa confrontación contra la AMBICIÓN y la HIPOCRECÍA. …¡La Orden no puede callar..!

miércoles, 4 de julio de 2007

La Masonería y la República

Discurso del Presidente de la República de Chile
Dr. Ricardo Lagos Escobar
En la Sede de la Gran Logia de Chile
Octubre de 2005
(Tomado de la página Web de la Resp.·. Log.·. David Benavente No. 123, Vall.·. de San Carlos – Chile)


Que la sede de la Gran Logia, donde nos hemos reunido, sea llamada el club de la República, no es una mera coincidencia, sino, a mi juicio, un hecho cargado de significado.

La impronta de sus ideales de libertad, igualdad y fraternidad que nos recordaban, ha estado presente en nuestra historia desde la lucha por la independencia nacional hasta hoy.

La Orden Masónica ha sido uno de los principales exponentes en el país, del humanismo. Así, ha planteado la libertad de la conciencia y la autonomía del pensamiento con respecto a cualquier clase de limitaciones preestablecidas, como elementos esenciales para el desarrollo libre del espíritu. De este modo, el espíritu humano tiene la posibilidad de diseñar su propio camino de búsqueda de la verdad, sin más limitaciones que las del entendimiento.

Es este humanismo el que favorece la apertura del espíritu, la libre confrontación de las ideas y el examen crítico de los hechos y de los conceptos.

Llevar a la práctica estos principios requería y requieren de una organización política y social donde pueda desarrollarse la libertad entre iguales y en la cual la fraternidad pueda desplegarse a plenitud. Esta organización es la República, que hace realidad la transformación de los súbditos en ciudadanos libres de toda tutela y sometidos sólo a las leyes que ellos mismos se han dado, desde el más poderoso al más humilde.

La Masonería ha sido una firme defensora tanto de la autonomía de los poderes del Estado como de la libertad ciudadana y del derecho de los ciudadanos a participar todos en la marcha de la Nación.

Aquí bien se recordaba que durante el proceso independentista de América del Sur, el juramento de los denominados "Caballeros Racionales" de la Gran Reunión Americana y de las Logias Lautaro en su iniciación decía: "Jamás reconoceré por gobierno legítimo de mi patria, sino aquel que sea elegido por la libre y espontánea voluntad del pueblo".

Allí está, en esa declaración, la impronta de buena parte, el valor primigenio que tuvimos y que nos marcó como Nación.

Por eso aquí uno podría decir, en este salón, que se respira el aire de aquellos que pensaron que era posible la independencia de este suelo para formar una patria libre y soberana.

SOCIEDAD CIVIL Y TOLERANCIA

Aquí quiero entonces destacar hoy la importancia de asociaciones como la que hoy nos acoge, de instituciones como ésta. Chile requiere de una sociedad civil amplia y diversa, que convoque a la participación, que exprese con fuerza las tendencias, las inquietudes, los intereses diversos de los ciudadanos La masonería es, en este sentido, una institución pionera de nuestra historia. Aquí hubo una institución capaz de convocar a ciudadanos libres para pensar a Chile sin otra limitación que la verdad de cada uno que termina donde comienza la libertad del otro.

En la medida en que más personas y grupos se organicen y se expresen, en la medida que cada vez más seamos capaces de debatir con altura y sin temores, más democrática va a ser nuestra sociedad. Lo digo en el sentido más amplio de la palabra. No se trata tan sólo de modernizar instituciones de aggiornarnos para estar a tono con los tiempos. Se trata de cómo somos capaces de estimular nuestra capacidad de plantear ideas, de escuchar a otros, cómo hacer florecer la diversidad de visiones que se anidan en los hombres y mujeres libres de Chile, porque en esa diversidad de visiones está buena parte de la riqueza de Chile. Es en la diversidad donde nace la confrontación, y de la confrontación nace una visión distinta de aquellos que se confrontan desde sus respectivos puntos de vista.

Y aquí, entonces, es donde entronca, a mi juicio, una de las grandes preocupaciones de esta institución: la tolerancia. El cultivo de la tolerancia fue lo que impulsó en un origen a la masonería a abrir más espacios para el debate libre de las ideas, para el desarrollo de la ciencia, para que se ampliaran los horizontes del arte, de la filosofía, de la política.

Hoy, me parece, necesitamos un nuevo impulso en este sentido. Podemos apreciar cómo esta sociedad chilena se ha hecho cada vez más compleja, más diversa. Alguien diría, más global. Sí, es cierto, la globalización demanda también el fortalecimiento de identidades locales y cómo fortalecemos identidades locales para adentramos en un mundo que es más global. Ello, a mi juicio, hace indispensable dar nuevos pasos que aseguren una convivencia fundada en el respeto y la capacidad de apreciar las diferencias no como un mal sino como un factor positivo que nos enriquece como Nación.

Un humanista ilustre, José Saramago, se proclamó hace poco contra la tolerancia. Sí, escuchan bien, contra la tolerancia. Claro, pero no para fortalecer la intolerancia, sino, dijo, porque tolerar tiene también el sentido restrictivo de soportar, de aceptar, pero no compartir. Y Saramago, entonces, en esas licencias que se pueden permitir los grandes humanistas, dijo que en verdad él prefería hablar de algo que se podía llamar, en lugar de tolerancia, "igualancia". Eso es, en realidad, dijo, lo que debiéramos ser capaces de proyectar al futuro, y que ha formado parte de los ideales de esta orden: una posición abierta que considera otras formas de apreciar la realidad, en igualdad de posiciones que la propia y que da oportunidades al desarrollo de otras ideas. Lo esencial, capaz de ponerse en el punto de vista del otro.

Es, me parece a mi, un llamado a lo que son los valores de la orden masónica desde siempre, y en donde hoy se requieren para hacer de Chile una sociedad más abierta y más plural. Más plural, yo diría, y más tolerante, entendiendo que la tolerancia tiene que ser más virtuosa que la mera complacencia. No queremos tolerar sólo para contemplar. Queremos entender que la tolerancia no es aceptar lo que viene dado con indiferencia, no es un acomodo a cualquier posición. La tolerancia se trata más bien de una posición abierta de quien está siempre dispuesto a considerar otras maneras de mirar las cosas, a darle una oportunidad al desarrollo de otras ideas, a poder imaginarse que las cosas son desde otro punto de vista y contrastarlas con las propias. La tolerancia, entonces, no es la mera aceptación. Aceptar al otro y su punto de vista es entender que en ese punto de vista hay una parte que puede enriquecer el punto de vista propio.

Y por eso, entonces, yo diría que eso no significa condescender con cualquier idea o con cualquiera posición. La tolerancia es más bien el juicio equilibrado de la sociedad de los individuos, los que nos van mostrando cada día el camino. Y así, entonces, a lo mejor podemos avanzar en sabiduría y podemos recuperamos de los errores que nuestro propio juicio haya cometido.

Necesitamos, entonces, creo, en el Chile de hoy, un nuevo impulso. Siempre, es cierto, está la tentación de caricaturizar a quien es distinto, reduciéndolo a prejuicios ideológicos, sin mirar quién es realmente y qué pretende hacer. Es tan fácil demonizar la posición contraria, es tan fácil construir un hombre de paja para después destruirlo. A ratos, en nuestra sociedad uno ve tantos y tantas que creen tener la verdad absoluta y se niegan a tolerar la posibilidad de una visión distinta. Siempre está la tentación de mantener las instituciones como están, sin atender las dinámicas de cambio que atraviesan en toda sociedad.

Por eso hoy yo estoy seguro que ustedes van a continuar aportando a la apertura de más espacios de expresión ciudadana, de más libertad, de más diálogo franco, en definitiva, de permitir que entren los aires aquellos que otros, mucho antes que ustedes, pensaron que era posible algo tan drástico y revolucionario como independizarse de España.

Aquí es donde me parece que, igual que la tolerancia, la libertad no es algo que se recibe gratuitamente, es una condición que se conquista, se preserva, se enriquece cada día con esfuerzo y sacrificio. No nos es dado. La democracia hoy, aquí se recordaba muy bien por Luís Fernando Luengo, es el único sistema capaz de armonizar la libertad y la justicia, con el orden. Por eso la democracia como forma y filosofía de vida constituye un paradigma de valores libertarios. Por eso aquí se ha dicho, "se apoya a la democracia".

Y dentro de la democracia y la libertad, esta institución aprendió hace muchos años que la educación constituye una de las preocupaciones fundamentales. En otras palabras, que lo que le da la verdadera profundidad a la libertad del individuo, es la que lo hace crecer en el sentido de nuestro verdadero potencial como país, es que sin educación no existe la llave que le va a permitir al hombre del próximo siglo pararse sobre sus propios pies y ejercer a plenitud su libertad.

LA MASONERÍA Y LA EDUCACIÓN

Yo diría que sin un sistema educacional adecuado, la libertad deviene casi en una palabra vacía. Y esa es la razón tal vez por la cual esta institución fue tan fundamental en el siglo XIX y en el XX para abrir un espacio a la libertad, que quería decir generar un espacio a la educación.

Ahí estuvo el rol que tenemos que agradecer cuando vemos la historia, en donde ustedes plantearon la fuerza y la necesidad de la responsabilidad educativa del Estado, de su papel en el otorgamiento de títulos y grados y en la dictación, en 1920, de la Ley de instrucción Primaria Obligatoria.

Aquí, hoy decimos todos que la equidad educacional es una responsabilidad de la sociedad, que el Estado no puede ser neutral en esta materia, porque serlo implicaría negar el ejercicio básico de la libertad a los jóvenes mañana. Y, por lo tanto, es indispensable que la sociedad, a través del Estado, asuma un rol protagónico en el establecimiento de una política educacional que garantice igualdad de oportunidades para todos, que sea equitativa, pluralista y preserve la libertad de conciencia de cada individuo.

Como dijera hace ya muchos años, en el teatro Municipal de Santiago, el diputado Pedro Aguirre Cerda en 1919: La más grave falta que puede cometer un ciudadano es la de obstruir la Ley sobre Instrucción Primaria Obligatoria, porque -dicen- necesita para su cumplimiento treinta o más millones de pesos. ¡Como si el 60 por ciento de los niños chilenos, hoy analfabetos, no tuvieran el derecho a exigir una parte del presupuesto nacional para tener educación!

Han pasado 80 años desde que Pedro Aguirre reclamara la necesidad de tener una Ley de Instrucción Primaria gratuita y obligatoria, y que demandara para ello los recursos indispensables.

Hemos avanzado, es cierto, pero hoy tenemos un desafío de otra envergadura. Porque hoy, es cierto, todos los niños dejaron de ser analfabetos, estamos orgullosos que tenemos 10 años de escolaridad media, sin embargo, ya no nos ponemos tan orgullosos cuando constatamos que el 20% de los jóvenes que tienen hogares o provienen de hogares de mayores ingresos, tienen una escolaridad media de más de 12 años, pero el 40% que proviene de los hogares de menores ingresos, tienen una escolaridad de sólo 7 años.

Hemos avanzado desde Pedro Aguirre Cerda pidiendo la Ley de Instrucción Primaria, pero la equidad es distinta, porque si un joven proviene de un hogar de altos ingresos lo probable es que llegue a 12 o más años de escolaridad, y al que llega aquel de bajos ingresos lo probable es que tenga apenas 7 años de escolaridad. Esa diferencia entre los 7 y los 12 hace que estamos todavía tan lejos de poder decir que "la educación es la base, como dijimos antes, que garantiza la movilidad social en una democracia". Si constatamos la rapidez en el cambio vertiginoso que tenemos, sin educación estamos dejando atrás a buena parte de nuestros conciudadanos. Y ese es tal vez el gran desafío que tenemos ahora, en los inicios de este siglo XXI, en donde resuelto el tema de la cobertura educacional, tenemos ese otro gran desafío de cómo generamos una igualdad de oportunidades entre todos nuestros jóvenes.

Amigos y amigas:

La libertad de conciencia, el respeto a la diversidad, son hoy día principios universalmente compartidos. Las normas e instituciones jurídicas, políticas, sociales son apreciadas y legítimas a partir sólo de su capacidad de llevar a la práctica los valores de libertad, igualdad y fraternidad.

Los derechos humanos y la democracia pluralista constituyen el norte de la política a comienzos del siglo XXI. La eficacia de un gobierno para garantizar los derechos civiles, políticos, económicos y sociales de la ciudadanía, se ha transformado en el principal elemento para evaluar la eficacia de un gobierno.

En este momento hay un amplio consenso en Chile en torno a estos ideales, compartidos por los humanismos laicos y religiosos. Es bueno recordar que fue largo y difícil llegar a este punto de encuentro entre los chilenos, y que la humanidad estuvo amenazada durante buena parte del siglo XX por visiones totalitarias que amenazaban con una guerra global, en donde algunos pensaban que abrir espacio a la libertad implica terminar con la igualdad, y otros, so pretexto de la búsqueda de igualdad, terminaron aherrojando la libertad.

Nuestra Patria también sufrió la división y la destrucción de sus instituciones. Se han recuperado las tradiciones republicanas que tanto orgullo nos producían en el pasado. Queda, sin embargo, un camino largo por recorrer. Y por eso quiero aprovechar esta oportunidad para expresar mi reconocimiento a la masonería por su participación en la Mesa de Diálogo, a través del distinguido Gran Maestro, que junto a la Iglesia Católica, junto a otras confesiones religiosas, concurrieron con representantes de nuestras Fuerzas Armadas, de abogados defensores de derechos humanos y otros integrantes de la sociedad civil, al acuerdo que hoy nos enorgullece a todos. No tanto por los procedimientos para resolver los temas pendientes, sino por los principios ordenadores del tipo de sociedad que queremos construir.

Tenemos mucho más que hacer, es cierto, tenemos tareas pendientes, me parece, para perfeccionar nuestro orden institucional. Y aquí, desde este gran templo, que forma parte y se respira parte de la historia de Chile, quisiera hacer una sola reflexión. A lo largo de nuestra historia hemos tenido distintas cartas institucionales, desde aquellas que cambiaron con tanta rapidez, inmediatamente recuperada la Independencia, hasta aquella otra de Mariano Egaña, el 33, con las reformas que introdujeron los constituyentes del 70, la del 25, con las reformas que introdujeron en las decisiones del Parlamento el año 43, y ahora, que tenemos una Carta Institucional con ya buenos 20 años, que me parece que, amén de los elementos que pueden ser conflictivos, debiéramos ser capaces no solamente de resolver aquello, sino ponerla a tono con las necesidades del siglo XXI.

Por eso, no me gustaría que abordar el tema constitucional de Chile no lo hiciéramos con el mismo espíritu que otros, antes que nosotros, cuando enfrentaron esta tarea la entendieron como una tarea que convoca a todos, que no se hace una Carta Constitucional, cuyo fin último es aprender cómo una sociedad está unánimemente de acuerdo en cómo se procesan las diferencias de sus miembros. Eso es una Constitución. Cómo todos estamos mayoritariamente de acuerdo en cómo procesamos las diferencias de una sociedad. Y siempre lo hemos hecho con un alto grado de consenso.

Quiero reclamar ese mismo grado de consenso para los cambios que tenemos que introducir, no sólo porque hay elementos que no nos gusten, más importante, porque creemos que tenemos que aggiornar una Constitución a la luz de lo que van a ser la necesidades de este siglo XXI que recién comienza.

Y estoy seguro que así como logramos un alto grado de consenso en la Mesa de Diálogo, la vamos a alcanzar también aquí y que seremos fieles a nuestra tradición, en el sentido de tener una Carta lnstitucional de la cual todos, que pensamos distinto, estamos igualmente orgullosos porque nos interpreta a todos.

Señoras y señores:

Quiero agradecer sinceramente este acto que ha organizado la Gran Logia de Chile. Quiero agradecer las intervenciones del Gran Maestre y del Gran Orador, y la presencia de cada uno de ustedes. Qué duda cabe hemos disfrutado de una velada, y hemos disfrutado también de un coro y de la música.

Cuando escuché El Coro de Esclavos me trasladé a una calurosa tarde de sábado, en un muy modesto pueblo, comuna del Valle Central de Chile, y en un cine ya desvencijado, porque ya no se usan en nuestros pueblos, hubo un acto de proclamación de un candidato. Ahí estábamos con la fanfarria natural, los discursos indispensables, y de repente, en ese acto, en ese cine tan modesto, de esa tan modesta comuna del Valle Central, surgió una niña y nos cantó el coro de esclavos el mismo que hemos escuchado con la brillantez esta tarde.

Siempre me he quedado pensando qué hay en nuestra Patria que surge allí, en un lugar tan modesto, tan alejado de todos, alguien que canta con tanta alma y entusiasmo -como lo hemos escuchado esta noche- El Coro de Esclavos. Me he pensado también si estamos construyendo una sociedad que está a la altura para que esa niña tan modesta, que cantó con tanto entusiasmo a un candidato Presidencial, le estamos haciendo una sociedad donde ella se pueda desarrollar a plenitud. Después de todo, de eso se trata la actividad pública, y ustedes han estado inmersos a lo largo de nuestra historia en la actividad pública.

Cómo somos capaces de dar cuenta en nuestra sociedad que esa niña también puede soñar a cantar, a desarrollarse, a crecer musicalmente, como aquellos que nos han disfrutado esta tarde con nosotros.
Espero y agradezco la contribución de la masonería a lo que podamos hacer en los próximos años para no fallarle a esa niña del Valle Central que cantaba tan hermoso.