martes, 28 de agosto de 2007

El Gran Oriente de Francia


Por: Mario Morales Charris 33º
Ven.·. Maest.·. Resp.·. Log.·. Lealtad No. 7
Ex Gran Maestro de la Muy Resp.·. Gr.·. Log.·. del Norte de Colombia
Pres.·. Gran Consejo de Cab.·. Kadosch «Lealtad Nº 3», Cám.·. 30°


Antes de entrar en materia sobre el Gran oriente de Francia, s conveniente conocer primero cuándo, cómo y por qué se introdujo la Masonería en este país, para lo cual trataremos de esbozar brevemente los hechos más sobresalientes de la historia de nuestra Institución en esa parte del continente europeo.

Podemos afirmar que la Masonería escocesa fue introducida en Francia, como lo veremos más adelante, por tres Lords ingleses bajo los más funestos auspicios, debido a que su objetivo no fue defender la causa de la humanidad, que es el lema y misión de la Ord.•., sino servir los intereses del partido realista de la familia de los Estuardos que, una vez destronada con la decapitación de Carlos I en la guerra de 1649, se sirvió poderosamente de nuestra Institución para reconquistar el trono. Al recobrar el cetro esta dinastía después de la guerra de 1688, motivó a los emigrantes ingleses a crear Logias no sólo en Francia, sino también en otros países del continente europeo como Italia, Alemania, etc., con el único fin de reclutar adeptos y recursos bajo los misterios de la Francmasonería. De este modo se constituyó una falsa Masonería, que creó durante mucho tiempo, gran confusión entre los franceses, siendo su principal actor en este escenario el Lord Derwentwaters, quien por su adhesión a los Estuardos, pagó con su cabeza en Londres el día 19 de diciembre de 1746. le sucedió Hamowester, quien también corrió con la misma suerte. No obstante, a estas contrariedades la Masonería espuria salió victoriosa. Luego Carlos II subió al trono y no tuvo más que ver con nuestra Ord.•. después de servirse eficazmente de ella.

Se sabe además que después de haberse reorganizado la Ord.•. en Inglaterra, ésta fue creando Logias bajo su obediencia a través de marineros y comerciantes en los puertos de Bordeaux y Dunkerke. Pero no podemos designar una fecha concreta debido a que la variedad de documentos existentes están llenos de contradicciones, pues los autores que han incursionado en el tema vacilan de los años 1721 a 1732. Mackey, por ejemplo, indica que la primera Logia fue fundada en Francia el 12 de octubre de 1721 en el puerto de Dunkerke y que llevó por nombre «Amistad y Fraternidad»; asimismo, el famoso escritor sobre asuntos Masónicos, Frenchi Alfaro, más conocido como “Acharat” señala que en 1725 el Lord Denwentwaters en compañía de los caballeros ingleses Masquelyne y Sir D’Heguertry, reunidos en París, en casa del fondista inglés Huré, calle de las Carnicerías de San Germán, constituyó la primera Logia en París bajo los auspicios de la gran Logia de Inglaterra; para el año de 1735 , ya existían seis Logias en París y algunas otras en diferentes poblados de las provincias. Ese mismo año se solicitaron autorización para formar un Gran Maestrazgo provincial, lo cual fue denegado por la tendencia exclusivamente política de algunas Logias. Sin embargo, el Conde de Derwentwaters ejercía las facultades de Gr.•. Maest.•. abaladas tácitamente por la Ord.•.. Un año después, de acuerdo con Lalande, las Logias de París designaron como Gr.•. Maest.•. al Lord Harnowester, convirtiéndose de esta manera en el primero de ser elegido democráticamente para ejercer tan alto cargo.

Ocho años después de haber solicitado permiso las Logias de París para establecer una Gran logia Provincial, le fue concedido por la Gran Logis de Inglaterra. Así pues, en 1743 se creó en París el primer cuerpo supremo de la Masonería, bajo el nombre de «Gran Logia Inglesa de Francia» y fue elegido como Gran Maestro el Conde de Clemont, quien por su incompetencia para ejercer este cargo y mal rodeado, hizo reinar la anarquía y confusión entre la Fraternidad llevándola a pique, de suerte que la aristocracia ilustrada, que hasta entonces constituía el grueso de las tropas Masónicas, había abandonado el Templo, si bien la Ord.•. estaba masivamente en manos de la pequeña burguesía conservadora y reactiva. Este hecho trajo como consecuencia el desconocimiento de la autoridad de la Gran Logia por parte de las Madres Logias en las provincias, las cuales se habían creado para conservar la armonía. Sin embargo, éstas se convirtieron en rivales del Cuerpo Supremo pretendiendo asumir las funciones de una Gran Logia. Así las cosas, la Gran logia no tuvo otra alternativa sino declararse independiente de Inglaterra en 1756 y para ello asumió el título de «Gran Logia de Francia», reconociendo únicamente los tres primeros grados simbólicos, y a la vez dejó sin participación en el gobierno de la Fraternidad a las Logias provinciales. A pesar de estas decisiones, el desbarajuste continuó e hizo prender fuego a la pólvora cuando Clemont designó en 1758 al Maestro de Baile, Antoine Lacome como “Sustituto Particular” del Gran Maestro del Gran Maestro, el cual era un hombre de bajo perfil y de maneras grotescas, representó la aristocracia liberal, y contraria, por consiguiente, de los hombres de origen más modesto y medianamente conservadores, como el plumista Péni o el peluquero Duret. Lacome monopolizó, desorganizó y bastardeó la masonería francesa por lo que el conde de Clemont debió cambiarlo por M. Chaillon de Jonville, abogado del Parlamento y católico ferviente, quien preocupado por el ecumenismo hizo todo lo posible por volver al redil. De allí resulto una nueva Gran Logia reunificada, dotada de nuevos estatutos en 1763 donde no figuró más la obligación del bautismo, pero que insistió sobre el deber de la obediencia para con los superiores en grados y dignidades.

Después todos los oficiales nombrados por Lacome fueron reemplazados en las elecciones trienales de junio de 1765. Estos sucesos dirigidos por Chaillon facilitaron la constitución de facciones que se estructuraron alrededor de altos grados, lo que se tradujo, en 1766, luego de las discutidas elecciones, en la exclusión de muchos HH.•. del grupo de Pény e impresionantemente del H.•. Labady, quienes en actitud de rebeldía dieron a conocer unos comunicados en contra de la Gran Logia, lo cual motivó la expulsión de los mismos de su seno. Esto trajo como consecuencia un enfrentamiento entre los dos partidos que estuvieron a punto de cometer actos de violencia y por esta razón la policía hizo cerrar la Gran Logia el 4 de febrero de 1767.

Al morir Clemont en 1771, los HH.•. expulsados continuaron reuniéndose y nombraron Gran Maestro al Duque de Chartres –más tarde Duque de Orleáns–. Estos HH.•. le plantearon la unión a la Gran Logia en el evento en que ésta le revocara el decreto de expulsión, lo cual le fue concedido y se continuó trabajando en paz por muy pocos años. Igualmente los HH.•. expulsados lograron convocar, en 1773, una Asamblea Nacional, como ellos la denominaron, se reunieron en París durante el mes de diciembre del año señalado y bajo la presidencia del Duque de Luxemburgo. El día 25 se decretó la extinción de la Gran Logia de Francia y se estableció otra en su reemplazo, denominada «Gran Oriente de Francia». Pero la Gran Logia continuó sus trabajos a la par del Gran Oriente hasta el principio de la revolución en que tuvieron que suspender sus actividades debido a que las Logias perdieron la fuerza que tenían anteriormente, pues estaban dirigidas por nobles.

Poco antes de la revolución existían en Francia 629 logias, 63 en París adscritas al Gran Oriente, mientras que las Logias del Oriente ascendían a 376. Los Francmasones eran superiores a 75.000 en Francia.

La caída del imperio es una catástrofe. La Masonería es acusada, desde los escritos de Barruel y sus epígonos, de haber provocado la revolución y también de tener esencia satánica. El nuevo clero ultramontano la combate y recuerda que los Francmasones están excomulgados. De la misma manera nuestra Institución es obligada a adormitarse en la mayoría de los países de la Europa de la Santa Alianza. En Francia el G. O. F. sobrevive puesto que el Rey Luís XVIII es un antiguo Masón y ha garantizado a los franceses el ejercicio de la libertad. La Obediencia es protegida por personalidades cercanas al monarca como Mac Donald o el Duque Decazes.

El retroceso del galicanismo y la detección de los notables llevan a las Logias a reclutar sus adeptos entre los liberales y dentro de la pequeña burguesía o élite obrera. Ellas persiguen el objetivo de aliviar la miseria dentro de una sociedad sin protección social y educación para el pueblo. Se les está vedado debatir temas políticos o religiosos, pero esta regla no es siempre seguida. Una Logia en particular, «Los Amigos de la Verdad» organiza la lucha de la juventud escolar contra los Borbones, intenta forzar la continuación de la ley del doble voto que priva a la oposición de toda esperanza de éxito electoral, para lo cual funda la «Carbonería», una sociedad secreta que intenta derrumbar la Masonería.

El mismo Gran Maestro del Gran Oriente de Francia, Felipe “Igualdad”, en 1793, tras haber votado a favor de la ejecución de su primo Luís XVI, rechazaba la práctica del secreto en la Masonería –“no debe haber ningún secreto ni misterio en una república”– dimitiendo de la Sociedad. La Masonería desapareció del escenario revolucionario en ese momento. Felipe “Igualdad” fue muerto en 1793.

El aporte de la Masonería fue simbólico e ideológico. Bajo la monarquía de Juillet se difunde la divisa Masónica «Libertad, Igualdad y Fraternidad» y fue incorporada al acervo revolucionario. Esta divisa, enemiga de la intolerancia y del fanatismo, debe contribuir a construir, según los planes del G.•. A.•. D.•. U.•., una sociedad más justa y más ilustrada. Ella contribuye a formar ese espíritu generoso, utópico y fraternal. Los colores de la bandera republicana eran azul, blanco y rojo, que proceden de los distintivos de los tres tipos de Logia. La escarapela tricolor ideada por Lafayette, Francmasón y Carbonero y el gorro frigio, emblema de la República, es símbolo Masónico. El mismo himno de la revolución «La Marsellesa», compuesto por el Masón Rouget de Lisle en 1792, para el ejército del Rin, y difundido por el «Batallón de los Marselleses», fue cantado por primera vez en la Logia de los Caballeros Francos de Estrasburgo. Durante el restablecimiento borbónico fue prohibido, pero se organizó nuevamente a partir de 1879. Sin duda alguna, todo el simbolismo griego que adoptan los revolucionarios, al igual que el deísmo naturalista de que hacen gala, se deriva de las leyendas y temas Masónicos.

La Masonería parecía ser desbordada por el discurrir revolucionario: Masones guillotinan a Masones rompiendo el juramento de fraternidad y ayuda mutua.

Más tarde, al restablecerse el orden civil, los dos cuerpos rivales continuaron trabajando hasta que el 28 de junio de 1799, la Gran Logia se unió al Gran Oriente. Las Logias del Gran Orienten practican un Rito Francés codificado en 1801, pero ellas son autorizadas a trabajar en uno de los ritos escoceses. Al poco tiempo aparecieron nuevamente las discordias a pesar de haberse celebrado pactos amistosos entre los cuerpos de altos grados y el Gran Oriente. Este último, a sabiendas de que las aspiraciones de los HH.•. del Rito Escocés no eran satisfechas sino que el desorden era lo prioritario, decidió por decreto del 16 de diciembre de 1805, que en adelante el Supremo Consejo del Grado 33º sería un cuerpo independiente con facultades de gobernar todos los grados superiores al 18º, en tanto que éste y los inferiores quedaban exclusivamente bajo su autoridad. En el mismo año Napoleón Bonaparte –iniciado durante la campaña de Italia en la Logia de Hermes del Rito Egipcio– pone término a todo este caos, al ser nombrado Primer Cónsul y luego proclamarse Emperador. Napoleón impone a su hermano José Bonaparte, llamado “Pepe Botellas”, un hombre mucho más serio y responsable de lo que este mote popular induce a pensar, como Gran Maestro de la Masonería francesa y seguidamente muchas personas distinguidas se iniciaron en nuestros augustos misterios. En 1814 debido a los hechos políticos, al Gran Oriente le fue imposible conservar su organización y los cuerpos del Rito Escocés no se reunieron por ese tiempo. Esta coyuntura la quiso aprovechar el Gran Oriente para retomar la jurisdicción sobre todos los grados y rituales. En este estado, un nuevo aspirante se presentó el 2 de abril de 1815 y solicitó al Gran Oriente su admisión para trabajar en el Rito Misraim –inventado y difundido por los cuatro HH.•. Bedarride– lo cual se le negó en1817. Por esta acción hubo un gran escándalo y la policía intervino, cerrando sus Logias. Tiempo después, en 1828, aparece el Rito de Menfis con noventa y seis grados, el cual fue absorbido por el Gran Oriente y sus grados rebajados a 33 en el año de 1862.

El G. O. F. en 1849, define la Francmasonería como «Esencialmente filantrópica, filosófica y progresiva», fundada sobre la creencia en Dios y la inmortalidad del alma, teniendo por lema el de la República,

En 1862, se presentaron en el Gran Oriente una serie de contradicciones por la elección del Gran Maestro, hasta el punto que llegó a tener dos jefes. Pero el 11 de enero del referenciado año, Napoleón puso fin a ese lamentable estado de cosas y nombró al general Magnan Gran Maestro, quien entre otras cosas no era Masón, por lo que al día siguiente debió recibir los treinta y tres grados delante de cinco Masones dirigidos por Rexes. Luego de posesionarse Magnan mandó a decapitar a Rexes y separó a los que con él habían enredado los negocios del Gran Oriente.

La nueva generación que ingresa a las Logias, influenciada por el positivismo, se desmarca del sentimiento de sus mayores. Ella quiere una Masonería más eficaz y las Logias en sociedades de pensamiento. Los Masones elaboran los fundamentos de una moral independiente de las religiones, apoyan el movimiento mutualista y, con la liga de la enseñanza, militan por una escuela gratuita y obligatoria. La referencia a Dios es discutida como atentatoria al principio de libertad de conciencia. El G.•. A.•. D.•. U.•. es considerado cada vez más como un símbolo, el de un “principio creador.

En 1877, el asunto religioso es reglamentado. El G. O. F., por dictamen del Pastor Desmons, suprime la obligación –toda teórica– de la creencia en Dios y el G. O. F. reclama en adelante «La Libertad Absoluta de Conciencia». La invocación al G.•. A.•. D.•. U.•. se convierte en facultativa y los rituales son modificados.

El ideal Masónico se confunde con el ideal republicano. Los HH.•. no solamente derivan en Logias para disfrutar de los placeres de la fraternidad y para instruirse, sino también para contribuir a edificar una sociedad democrática y social. Igualmente el G. O. F. llega a ser una fuerza política, anclada en la izquierda, aún si, en la realidad, se encuentra y a veces afronta a unos moderados, unos radicales, unos socialistas de diversas escuelas y algunos anarquistas. Los Masones luchan contra los mismos enemigos, clericales, monarquistas, bonapartistas, ultranacionalistas y antisemitas.

A finales del siglo XIX el paisaje Masónico se modifica, con un Derecho Humano Mixto e Internacional, cercano al Gran Oriente y creado en 1893 por algunos feministas.

Por estos años, los Masones tuvieron que dar una incesante batalla contra la ley Falloux, el concordato, las congregaciones religiosas y por la separación de las iglesias y del Estado. Se debe a la acción Masónica la instauración del divorcio, la ley sobre la libertad de los funerales y la cremación, la laización del personal de las escuelas y de los hospitales. Las Logias son entonces compuestas por librepensadores anticlericales, con frecuencia antirreligiosos, si bien permanecen abiertos a los creyentes, sean deístas o salidos de cultos minoritarios, protestantes, israelitas, musulmanes, teósofos, etc.

A mediados del siglo XX se abre una Gran Logia femenina. Una Gran Logia Nacional francesa toma su vuelo, le exige a sus miembros la creencia en Dios y en su voluntad revelada, excluyendo de ese modo “ipso facto” a los deístas y a los ateos. Por tanto, rehusa toda relación con las otras asociaciones Masónicas francesas juzgadas “irregulares”, es decir, no reconocidas por la muy conservadora y dogmática Gran Logia Unida de Inglaterra. Ante esta presión, unas obediencias liberales aceptando el principio de «Libertad de Conciencia», se asocian dentro de una alianza internacional (CLIPSAS) fundada en Estrasburgo en 1962.

Hoy por hoy la Masonería francesa ha avanzado mucho, ha sido líder en el desarrollo de nuestra Institución, y en especial el Gran Oriente de Francia que, con sus planteamientos filosóficos y sus teorías revolucionarias, así estemos o no de acuerdo con ellas, le ha dado un giro de ciento ochenta grados a nuestra Orden que nos pone, más de una vez, a reflexionar sobre nuestro deber ser.


Principios del Gran Oriente de Francia

El G. O. F. es una asociación que está fundamentada por dos grandes principios aparentemente contradictorios: el respeto de una Tradición heredada de los fundadores de la Francmasonería y la búsqueda de progreso para el mejoramiento del Hombre y de la Sociedad.

El respeto de la tradición es lo que hace de la Francmasonería y del Gran Oriente Francés en particular, una sociedad iniciática. Dentro de las Logias Masónicas, los rituales y símbolos son utilizados en el desarrollo de las reuniones y en el progreso personal de los Francmasones al ingresar al seno de la asociación. Los más conocidos de esos símbolos son los tres puntos, la escuadra y el compás. Su significación filosófica y moral no sería revelada sin alterar su esencia; es la sola significación del secreto Masónico.

La búsqueda del progreso ha sido siempre para los Francmasones del G. O. F. un motor en sus reflexiones y sus acciones, al punto que es parte de la Tradición de la Obediencia. Ellos dicen ser los herederos de los hombres y de las mujeres que, a su manera, han propendido por mejoramiento de la Humanidad: Voltaire, La Fayette, Garibaldi, Auguste Blanqui, Victor Schoelcher, el emir Abd El-Kader, Louise Michel, Bakounine, Jean Zay, Félix Eboué, Pierre Brossolette y tantos otros de los cuales están satisfechos de saber que han enriquecido sus Logias con su presencia. Es por esto que el G. O. F. es un vehemente defensor de los principios contenidos en su divisa que es la misma de la República: "Libertad, igualdad, fraternidad". Asimismo es por ello que el G. O. F. está siempre ligado a la libertad absoluta de conciencia que es garantía para las instituciones laicas. Y, es por ello que el Gran Oriente de Francia se opone escrupulosamente al racismo y a los enemigos de la democracia.

¿Cuál es la diferencia entre el Gran Oriente de Francia y las otras Obediencias?

El G. O. F. es la más antigua y la más importante obediencia de Europa continental, nacida con ese nombre, como ya lo hemos expresado, en 1773 de la reestructuración de la primera Gran Logia francesa de 1728. Se trata de una federación formada, según los datos publicados en su Web oficial, por unos 47.000 miembros agrupados en 1.050 Logias distribuidas en trece regiones del territorio francés y en los departamentos y territorios de ultramar. Posee además numerosas Logias en los países extranjeros donde representa a la Francmasonería liberal, como en los Estados Unidos, Canadá, Alemania, Inglaterra, España, Italia, Polonia, etc.

Es interesante anotar que el G. O. F. es una federación de Logias, y no una asociación de hermanos. Cada francmasón es integrante de una Logia que, a su vez, está afiliada a la Obediencia. La base del ejercicio de las funciones, en el interior de la Logia y al nivel nacional de la Obediencia, es la elección. Tanto las Logias como la Obediencia funcionan de manera totalmente democrática. Además, suele ser considerado como el principal referente mundial de la corriente Masónica que se denomina «liberal» o «adogmática», para distinguirla de la que rechaza la presencia de mujeres en la Masonería.

Exponiendo todas las consecuencias del principio de la libertad absoluta de conciencia universal, el G. O. F., deja libre, por una parte, a sus Logias de invocar o no al G.•. A.•. D.•. U.•. (como principio no dogmático) y, de otra parte, acepta a las Hermanas visitantes.

El Gran Oriente de Francia es el regulador de los Ritos que históricamente nacieron en su seno. Por ejemplo, en marzo de 2001 se manejaban las siguientes estadísticas: Rito Francés (840 LLog.•.) mayoritaria, hereditaria directa de los usos más antiguos dentro de sus variantes tradicionales o modernizadas; Rito Escocés Antiguo y Aceptado (110 LLog.•.); Rito Escocés Rectificado (45LLog.•.) y Rito Memphis-Misraim (10 LLog.•.).

El G. O. F., asume y garantiza una multisecularidad apreciablemente universal a través de las numerosas acciones relativas a la preservación y valorización de la memoria y el patrimonio Masónico (biblioteca-museo), pero a través de la fidelidad y la herencia republicana. Armado de ese pasado y de esos mismos valores, resueltamente se vuelve hacia el porvenir, gran escuela del hombre para la construcción, tanto del Templo interior como del Templo Universal, dentro de una sociedad más justa, fraterna e ilustrada.

¿Por qué no la mixticidad o mixtura?

Efectivamente, el G. O. F. es una Obediencia Masónica masculina. Esto significa que sólo los hombres pueden ser miembros de esa Potencia Masónica. Sin embargo las Logias de esta Institución Masónica, tienen la facultad de recibir libremente mujeres, miembros de obediencias Masónicas femeninas (como la Gran Logia Femenina de Francia, por ejemplo) o mixtas (como el Derecho Humano, la Gran Logia Mixta Universal o la Gran Logia Mixta de Francia) para participar en sus trabajos en total igualdad de derechos que los hombres. Así éstas aportan en los debates sus puntos de vista y su sensibilidad.

Es importante saber que las reuniones en los Talleres son reglamentadas por unos rituales o métodos simbólicos que despiertan la emoción y la perceptibilidad de los participantes. Por tal motivo algunos HH.•. rehúsan a que ese aspecto de su personalidad sea revelado en presencia de mujeres.

Para su perfeccionamiento personal, el Francmasón dispone de un método de aprendizaje basado en el razonamiento que se asemeja al método analógico y que recurre a la interpretación de los símbolos. Los símbolos que utiliza son las herramientas de sus predecesores, los Masones Constructores: la escuadra y el compás, y el progreso se realiza según la organización de éstos últimos: Aprendices, Compañeros y Maestros Masones.

Para trabajar en pos del perfeccionamiento de la sociedad, las Logias del G. O. F. estudian todos los años diferentes temas de actualidad, asuntos sociales o económicas, escogidas por la Asamblea General Anual (el Convento), de las cuales se realiza una síntesis para el Convento del año siguiente.

El hecho que el G. O. F. sea una obediencia masculina no significa que “niegue la mitad de la humanidad”. Estos HH.•. se sienten orgullosos de poder afirmar que, han luchado por la emancipación de la mujer –contracepción, igualdad de trabajo y de la participación en política, defensa de las mujeres argelinas, etc.–

¿Por qué la laicidad y la libertad?

El G. O. F. ejerce el laicismo como principio de una Masonería liberal que defiende la independencia de la sociedad y el Estado de toda influencia eclesiástica. Es por esto, que al otro lado de la Mancha o del Atlántico no son bien recibidos por las Grandes Logias Anglosajonas, y porque, además, en 1877, decidieron no hacer más referencia al A.•. G.•. A.•. D.•. U.•., debido a su concepción de lo que es la verdadera libertad. Esta idea, muy natural por cierto, les ha conducido a defender la República porque ella es el único régimen que permite la mejor expresión posible del ciudadano.

Es valioso conocer también que estos HH.•. practican el laicismo, no por ateismo, ni por el hecho de desear combatir una que otra religión, sino porque consideran que cada cual debe ser libre de creer o no creer, de practicar el culto de su afecto natural o de no practicar ninguno. Por tanto, podemos señalar que el G. O. F. es una obediencia Masónica adogmática que enaltece, como ya lo hemos expresado, la libertad absoluta de conciencia. Claro está, ellos rechazan todo integrismo y todas las sectas porque no admiten ninguna creencia impuesta y porque renuncian a cualquier forma de equivocaciones.

Como podemos ver, los Francmasones del G. O. F., rompieron con las viejas concepciones que la vida en sociedad nos ha, más o menos, impuesto y las nuevas ideas que son de naturaleza para transformar el individuo.

Referencias Bibliográficas

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