PONENCIA PRESENTADA EN EL PRIMER COLOQUIO
DE LA CONFERENCIA MASÓNICA AMERICANA (C.O.M.A.M.) BARRANQUILLA, COLOMBIA, FEBRERO 10 – 13 DE 2005
DE LA CONFERENCIA MASÓNICA AMERICANA (C.O.M.A.M.) BARRANQUILLA, COLOMBIA, FEBRERO 10 – 13 DE 2005
Por: Mario Morales Charris 33º
Ven.·. Maest.·. Resp.·. Log.·. Lealtad No. 7
Ex Gran Maestro de la Muy Resp.·. Gr.·. Log.·. del Norte de Colombia
Ven.·. Maest.·. Resp.·. Log.·. Lealtad No. 7
Ex Gran Maestro de la Muy Resp.·. Gr.·. Log.·. del Norte de Colombia
Pres.·. Gran Consejo de Cab.·. Kadosch «Lealtad Nº 3», Cám.·. 30°
Hacer nacer flores entre hierbas secas: no hay que dudar en ir a buscar a alguien inferior, más débil o más joven que uno mismo, pues es de ahí de donde llega siempre la renovación.
El Yi King[1]
I. Introducción
De acuerdo a informes de las Naciones Unidas, hoy en día en el mundo viven más de 510 millones de mujeres jóvenes y 540 millones de hombres jóvenes, lo que significa que aproximadamente una persona de cada cinco tiene entre 15 y 24 años, o lo que es lo mismo, que los jóvenes constituyen casi el 18% de la población mundial. Si bien la proporción de jóvenes en el mundo está disminuyendo (se prevé que en el 2025 se haya reducido al 16%). Sin embargo, la cifra absoluta ha aumentado y seguirá registrando esa tendencia bien entrado el siglo XXI. La mayoría de la gente joven, un 85%, vive en países en desarrollo, de los cuales aproximadamente un 60% se encuentra en Asia. En el 2020, el número de jóvenes que vivirán en los países en desarrollo habrá aumentado a un 89%.[2]
Los asuntos y los deseos de la gente joven deben estudiarse como es conveniente en los programas de desarrollo de todos los países puesto que los jóvenes forman un grupo de población muy significativo. Con todo, no se trata de un conjunto homogéneo. Sus necesidades y experiencias son diferentes según el género, la raza, la clase social, el tamaño de la familia, el acceso a la educación y a la formación, la discapacidad, la condición de migrante y de refugiado, así como el nivel de desarrollo de los países donde viven. Estos componentes ayudan a identificar cuan susceptibles son al riesgo social y determinan su debilidad. Las políticas y los programas eficaces en materia de juventud deben precisar unos objetivos muy claros para tener en cuenta las diferencias y necesidades específicas.
Las evoluciones políticas, económicas y socioculturales del siglo pasado y comienzos de éste han afectado a más no poder a los jóvenes, exponiendo, igualmente, la vulnerabilidad inherente a la transición de la infancia a la vida adulta. Los jóvenes se enfrentan a una serie de desafíos económicos y sociales desalentadores, la mayoría de los cuales han ido en aumento y en algunos casos han aumentado los niveles de desempleo y subempleo, sobre todo en las regiones en desarrollo. Si bien las experiencias de los jóvenes en los países desarrollados o en desarrollo no son siempre similares, ambos grupos comparten problemas e incertidumbres sobre el futuro, incluidas las limitadas perspectivas de empleo. La vulnerabilidad de la juventud también está ligada a los problemas de pobreza, analfabetismo, salud y a la situación, a menudo, doblemente desfavorable de las niñas y mujeres jóvenes. Muchas de estas preocupaciones forman parte de, o están íntimamente unidas al programa de trabajo decente de la O.I.T.
No obstante todo lo anterior, la Masonería ofrece un espacio favorable y oportuno para el acercamiento generacional. En sus talleres se entienden varias generaciones unidas por pensamientos, sentimientos y objetivos comunes. El saber iniciático, el simbolismo, la filosofía Masónica, el estudio de la verdad y el conocimiento del ideal Masónico en la sociedad, se realizan de modo ecuánime y ponderado, de manera fraternal, respetuosa, tolerante, constructiva, orientado a la relación entre sus miembros, sin tener en cuenta su edad, sexo, posición socioeconómica, orientación política o credo religioso.
Es interesante señalar que en los países Iberoamericanos, los y las jóvenes ocupan un lugar aventajado, no sólo en términos cuantitativos, sino cualitativos. Por su calidad y origen biológico, su índole demográfica, etc., están habilitados y les corresponde ser actores –en su escenario natural– de las renovaciones y cambios en general que requiere la sociedad. Su pujanza y su ánimo, su empeño y voluntad de querer hacer; bien orientados por la Francmasonería; atemperados con la sabiduría y la experiencia de los mayores, y el conocimiento de los adultos, son un factor definitivo del desarrollo social y el progreso de la humanidad.
La Masonería y la juventud interactúan entre sí. Por una parte, los y las jóvenes gozan de una razón crítica sobre el mundo y la sociedad, los cuales son de gran valía para que la Francmasonería haga realidad sus principios y cumpla perfectamente con sus fines y objetivos. Mientras que la Masonería, frente a los y las jóvenes, se erige como una poderosa herramienta importante y conveniente para que estos tomen conciencia de su razón de ser, y su breve paso, en este mundo; para asumir su obligación moral y material ante la sociedad, a efecto de mejorar su entorno a todas las escalas; para entender que es en el presente, aquí y ahora, dónde y cuándo deben actuar para combatir la ignorancia, la ambición malsana, la hipocresía, el fanatismo, la intolerancia, la discriminación, la injusticia, la inequidad, la miseria, el hambre y la violencia en todas sus formas, valiéndose para ello de la divisa de Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Por todas estas razones, la Francmasonería tiene reservado para los y las jóvenes un papel decisivo en su labor transformadora y humanista. Por ello, nos hemos fijado como objetivo general el de estudiar y reflexionar sobre las diferentes problemáticas que afectan tanto a la juventud como a la Masonería de hoy, puesto que de esta manera podemos plantear algunas estrategias que nos permitan vincular el mayor número de jóvenes con mayoría de edad, fortaleciendo las CColum.·. de nuestra Ord.·. a fin de ir renovando los miembros activos que por su edad biológica, enfermedad, o cualquier otro motivo se ven obligados a retirarse. Al mismo tiempo, lograr de manera permanente un mayor desarrollo de la Masonería postmoderna.
II. Planteamiento del Problema
Los Masones de este milenio que acaba de comenzar, al igual que el de todos los tiempos, nos dedicamos a cumplir el rol social que determina nuestro compromiso y afirmación constante del mundo y de la vida. El principio de la libertad absoluta de conciencia, que nos permite el pensamiento libre y la defensa irrestricta de los derechos humanos, nos hacen Masones de este tiempo. Sin embargo, nos vemos enfrentados a una serie de situaciones adversas con poderosos desafíos basados en la agonía de los sistemas tradicionales de valores, las cuales debemos plantearles soluciones racionales en coloquios como este donde participan diferentes Potencias Masónicas del Continente Americano y de España.
Dentro de las, muchas, dificultades a que se ve abocada la Francmasonería actual, sólo nos permitiremos señalar las que hemos considerado más relevantes:
La aceleración de los tiempos históricos, generada en buena medida por los avances en la investigación científica y el desarrollo tecnológico, así como la vertiginosa expansión de los medios de comunicación han suscitado el rompimiento de los viejos modelos axiológicos y la imperiosa necesidad de construir una nueva pauta de valores sociales. En otras palabras, hay que hacer una original forma de humanismo dúctil o manejable, ajustada a los tiempos actuales y futuros previsibles. Asimismo, la sociedad contemporánea atraviesa por una etapa de transición. Muchos modelos y conceptos que otrora parecían inamovibles, están –en una visión por lo menos moderada– en discusión. La globalización e internacionalización de la economía y de la cultura, son temas que inundan las reflexiones cotidianas y que no le son ajenas a nadie. A partir de esta compleja, desconcertante y también apasionante realidad, los Francmasones debemos reflexionar a fondo y ver el rol que nos corresponde cumplir en la búsqueda del perfeccionamiento constante de la humanidad.
La crisis de valores se ha instalado prácticamente en todos los pueblos y particularmente en el mundo occidental. El ser humano, en especial los y las jóvenes, cada vez se encuentra más solo, enfrentado a su entorno. La indiferencia ante los problemas de los demás está cada vez más arraigada en nuestra conciencia. Nos hace falta un paradigma, lo suficientemente flexible y pluralista, que armonice nuestras necesidades con los demás.
En este nuevo milenio, las desigualdades forman una antigua deuda que nos debemos quienes buscamos el bien común. Las discriminaciones sociales, económicas, políticas, culturales, etc. siguen vigentes en la mayoría de las sociedades, y por cierto lo están en América Latina en mayor o menos medida. Las diferencias entre los países desarrollados y, los mal llamados, discriminatoriamente “subdesarrollados” se han agrandado. La pobreza en éstos está enquistada y suscita un código de valores diferente a los del resto de la sociedad.
Los y las jóvenes de hoy están en una posición más vulnerable que nunca, porque con la invasión de los medios de comunicación, como lo expresamos anteriormente, en todas las esferas de la vida cotidiana, están constantemente expuestos a mensajes que los estimulan a vivir en función de comprar cosas, los animan a tener relaciones sexuales anticipadas, los incitan a la desavenencia, los amedrentan con noticias pavorosas y los inducen a la violencia en todas sus formas. Cada vez cuentan con menos protección de parte de los adultos. Su desarrollo cerebral los hace más sensibles.
La sociedad de consumo está infundiendo a la juventud que lo más significativo en la vida es ganar dinero y divertirse, desatendiendo el valor de la ciencia, de la sabiduría, de la dignidad y valía personal. Está manipulando a los y las jóvenes, asignándoles arquetipos de conductas absurdas. En las calles de muchas ciudades se congregan los fines de semana por cientos, jovencitos y jovencitas que escasamente comienzan la pubertad y que se entregan a un rápido consumo de alcohol. Peor aún, otros grupos lo hacen con drogas soporíferas.
En la última década del siglo XX, las condiciones de vida, convivencia, justicia y equidad de la juventud en Latinoamérica se han deteriorado a pesar de los esfuerzos institucionales, por parte de los organismos internacionales competentes, realizados para dar respuesta a esta compleja situación.
A nuestras sociedades les es difícil descubrir que la estigmatización de la juventud constituye un reflejo de las contradicciones sociales y los problemas estructurales de exclusión y rechazo de la misma.
La juventud de Iberoamérica de hoy –según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL– tiene menos acceso al empleo y al poder, menos opciones para materializar las expectativas de autonomía, menos reconocidos en su morbimortalidad, más afectados por trayectorias migratorias inciertas, y más excluidos del cambio productivo.
Por otra parte, hoy por hoy tenemos abundancia de ídolos. Pero no tenemos utopías. Nuestros ancestros tuvieron en cada época un mito moviente, y un conjunto de ideas-fuerza a ofrecer a los jóvenes de entonces. ¿Qué tenemos hoy que no sea el enriquecerse, vivir mejor, practicar el ocio, o dedicarnos a nosotros mismos? Aún cuando nada de esto es censurable, nos hemos preguntado, ¿qué podemos ofrecerles a los y las jóvenes de hoy para construir energías colectivas que vayan en el sentido del progreso?
Si a las cuestiones anteriores le sumamos la serie de problemas internos por las que atraviesa la Francmasonería en el mundo, con raras excepciones en algunas Potencias Masónicas o Logias en particular, como lo son la deserción, cada vez mayor, de nuestros HH.·. de los TTall.·. y no nos tomamos el trabajo de investigar el motivo de su separación de la Ord.·. con la finalidad de asumir los correctivos que haya que tomar.
Otra de las dificultades internas es la prepotencia de los Cuerpos Masónicos autodenominados “Regulares” que siguen los lineamientos de los “Principios Básicos para el Reconocimiento de Grandes Logias”, expedidos –en 1929 y con una tímida reforma en 1989– por la conservadora, discriminatoria y dogmática Gran Logia Unida de Inglaterra, creyéndose de esta manera la propietaria de la Masonería en el mundo. Principios que vienen a ser, en términos religiosos, una especie de ortodoxia cristiana-protestante, en contra de la evolución social, la realidad de la vida y de la postmodernidad, cayendo en lo que podríamos llamar en un “Fundamentalismo Clásico”, lo cual generó una profunda división en la Masonería universal. Este hecho ha sido un factor que alejó y sigue alejando a un número importante de HH.·. valiosos de nuestra Institución. Así lo vivimos en Colombia en la década de los ochenta y principios de los noventa del siglo pasado. Y como resultado de todo esto, es que hoy en nuestro país somos, cada vez, menos Masones activos en las LLog.·. masculinas. No alcanzamos los dos mil miembros entre Masones fundamentalistas y progresistas. Incluidas en estas últimas las LLog.·. mixtas.
Pero la Masonería autodenominada “Regular” –de acuerdo al reportaje sobre la Masonería inglesa del Sunday Times, en julio 22 de 1999[3]– “los efectivos de la Masonería masculina han decrecido en los últimos 20 años en mas de 60.000 miembros; con poca gente joven incorporándose, su membresía actual ronda los 340.000 en toda Gran Bretaña”. Afortunadamente la imagen de la Masonería –debemos reconocerlo, en especial las Obediencias masculinas– “está siendo radicalmente revitalizada por millares de mujeres que se incorporan a sus filas. Hay al menos 14.000 mujeres Francmasones en Gran Bretaña, con cerca de 1.000 mujeres iniciadas cada año. Mientras el número de Francmasones varones está decayendo rápidamente, las Logias de mujeres se están haciendo tan populares que han comenzado a crearse listas de espera”.
Hoy en Gran Bretaña –dice el informe– existen dos Órdenes de Francmasonería sólo para mujeres, así como una Orden de Co-Francmasones que es mixta. La más grande es la Orden de Mujeres Francmasones, con 12.000 miembros y más de 500 Logias. Las peticiones son tan numerosas que algunas Órdenes están buscando nuevos locales. En Ramsgate, por ejemplo, se tuvo que comprar una Iglesia para convertirla en un Templo Masónico.
Tal situación –la deserción de miembros cada vez mayor de los TTall.·., en especial de las LLog.·. masculinas– debe preocuparnos, nos falta pellizcarnos, debemos tener más responsabilidad y mística en nuestros compromisos con la Institución. En especial, la de presentar candidatos jóvenes. Creemos que no nos vamos a envejecer y que siempre estaremos activos en nuestros TTall.·.. En consecuencia, nos olvidamos de la renovación de nuestra membresía. O ¿es que estamos desconfiando de la juventud? Como decía William Shakespeare: “Los viejos desconfían de la juventud porque han sido jóvenes”.
Otro de los asuntos que debemos reconocer en este primer coloquio es que no estamos renovando a nuestros miembros por cuestiones de edad. Para el caso de Colombia, nos atrevemos a señalar que la edad promedio de los Masones activos es cercana a los cincuenta años, o sea que estamos en la «juventud de la vejez» como lo señala un proverbio francés. Y si tomamos en cuenta que la esperanza de vida en nuestro medio, de acuerdo al Plan de Desarrollo de las Naciones Unidas (P.N.U.D.), es de setenta y cinco años, bien podemos entender –que los que pasamos los cincuenta años– que es más lo que hemos vivido que lo que nos resta por vivir.
Así también podemos afirmar que la Masonería de hoy es de clase media. Son pocos los HH.·., en el verdadero sentido de la palabra, que poseen una gran solvencia económica. En general se trata de ejecutivos, profesores universitarios, profesionales independientes, comerciantes, etc. Por esta razón, encontramos a muchos HH.·. de grandes virtudes, ejemplo para los demás, pero no pueden cumplir con sus obligaciones económicas en sus LLog.·. y terminan retirándose.
III. Vigencia de la Masonería hoy, para la juventud
De acuerdo a los problemas planteados en este ensayo, tanto de la juventud y de la sociedad contemporánea como de la Masonería en general y en particular la de América Latina, nuestra Ord.·. no puede darles la espalda o estar ausente de dichos asuntos, ya que a partir de ella nos hemos comprometido a combatir desde la ignorancia hasta la ambición desmedida, pasando por lo nimio, el fanatismo, la corrupción, la avaricia, las ansias del poder, el egoísmo, la calumnia, la hipocresía, es decir, todo lo que va dirigido a la destrucción de los valores éticos y morales que, en definitiva, forma parte del hombre libre y de buenas costumbres, virtuoso y generoso que aspiramos a construir. Es esta, QQ.·. HH.·. y Hnas.·., la prodigiosa batalla que en este tiempo nos toca desafiar, aquella en que se dilucida la vigencia y esencia del ser humano, tal como lo vivimos, nos lo han enseñado y lo hemos aprendido. Es importante señalar que esta no es una contienda nueva, sino de todos los tiempos, por la que la Masonería siempre ha luchado. Pero lo que resulta absolutamente novedoso y por ello altamente peligroso son las estructuras, métodos o procedimientos, sistemas y mecanismos a los que nos debemos enfrentar y que, a no dudarlo, serán cada día más sofisticados. Lo que está en juego en este enfrentamiento es la dignidad del ser humano, es la vigencia y cerco de los verdaderos conceptos de libertad, igualdad y fraternidad en el más amplio, sentido y significado de estos tres vocablos al servicio del hombre de hoy. Para esa lucha que ya tenemos instalada y con la que ingresamos al nuevo milenio, nuestra Ord.·. cuenta con sobrados elementos, expresados en tradiciones –claro está ajustados a la época postmoderna–, principios, símbolos, doctrina, siempre vigentes, para que ese sector más afectado de la sociedad como lo es la juventud pueda beber de la sabia filosofía que practica la Francmasonería.
Si además de los elementos expresados anteriormente, les entregamos, a los y las jóvenes, las herramientas predilectas de la Masonería como lo son: la razón, el conocimiento, la sabiduría y la belleza, que han transformado la historia de la especie humana, y sus cualidades más apreciadas como es la de conservar y transmitir una rica herencia cultural, ser escuela de educación cívica, vanguardia del progreso intelectual y lugar de reflexión permanente, estaremos contribuyendo con un paradigma de pronto no desconocido en algunos sectores de la juventud. Pues, hoy vemos el interés que muestran muchos jóvenes estudiantes y docentes universitarios por conocer nuestra historia. Por ejemplo, en la Universidad de Zaragoza, España en 1972 se sustentó una tesis, relacionada con el tema de la Masonería para optar el título de Doctor en el programa de P. H. D., que en 1976 le sirvió de base al profesor aragonés, Ferrer Benimel, para publicar la obra «Masonería, Iglesia e Ilustración». Pero, ya en 1968 se había publicado en Barcelona otro libro «La Masonería después del Concilio». Sin embargo, desde 1963, las prensas universitarias de Francia dieron a la luz la popular colección «Que saisje?» y se imprime la primera edición de la obra «La Francmasonnerie».[4]
En España ha sido tanta la atracción que muestran los jóvenes estudiantes y docentes de segunda enseñanza y universitarios por la investigación Masónica, que hasta no hace muchos años había estado no sólo divorciada de la historia general, sino rodeada de fantasmas, polémicas y ataques de escaso valor histórico, que hoy existe el «Centro de Estudios de la Masonería Española» (C.E.H.M.E.) como una institución ajena a la Francmasonería. Es más esto ha permitido el que, a iniciativa del C.E.H.M.E., la Masonería se esté investigando en todas las universidades españolas. Producto de estas investigaciones han sido las veinte Tesis doctorales que sobre la historia de la Masonería se han defendido en estos últimos años, así como las veinticinco Memorias o Tesis de Licenciatura. Igualmente, a través de los miembros del C.E.H.M.E. y otras instituciones y universidades ha publicado un total de 80 libros que corresponden no sólo a historias locales, regionales o nacionales de la Masonería española, sino también a otros estudios sectoriales, como la prensa, el pacifismo, la educación, las relaciones internacionales, la iglesia, la religión, la ilustración, el librepensamiento, la represión, todos ellos vinculados exclusivamente con la Masonería[5].
Ahora observamos que no sólo en España los jóvenes estudiantes y docentes universitarios son los que se motivan por investigar los temas Masónicos, también lo están haciendo los de Chile. Precisamente entre el 25 y el 27 de mayo del año en curso, se realizará en Santiago el «Primer Simposio Internacional de Historia de la Masonería Americana y su Influencia en el Desarrollo Económico, Político, Social y Cultural de América Latina hasta 1900», organizado por la Universidad La República de Chile y la Gran Logia de Chile[6].
Si a los hechos anteriores le sumamos el trabajo que vienen haciendo distintas Potencias Masónicas en diferentes países, nos demuestra una vez más que la Masonería sigue vigente para la juventud. Por tanto, lo que debemos es seguir el ejemplo de los QQ.·. HH.·. Fernando Suárez Núñez en Cuba, Martín Digo en México y Julio Vega en Chile, como también la labor que vienen realizando las universidades españolas y de Chiles. El primero de los nombrados, creó la institución paramasónica: «Asociación de Jóvenes Esperanza de la Fraternidad» (A.J.E.F.), infundiéndole un sistema práctico de educación moral, de hondo sentido humano, que habrá de dar una visión humana, humanitaria y humanista del mundo y de la existencia para el mejor desenvolvimiento de la juventud, la cual quedará capacitada, además, para ingresar a nuestra Ord.·. si voluntariamente lo deciden. El H.·. Martín Digo, también cubano, fue el encargado de organizar el Ajefismo en México. Hoy existen LLog.·. Ajef en las ciudades de México, Tampico, Matamoros. Y el estado de Tamaulipas cuenta con veintinueve[7].
El H.·. Julio Vega, fue el creador de la «Fraternidad Alfa Phi Epsilon» en Chile. Es una institución paramasónica, depositaria de los ideales y principios propios de una juventud progresista y con visión de futuro, y más aún, constituye el nuevo canal desde el cual jóvenes diferentes pueden pensar una sociedad cuyo protagonista sea un ser humano integral, porque tiene por principios: la Tolerancia, el Laicismo, el Libre Examen y Solidaridad social. Su actividad está localizada en el estudio profundo de la realidad social y cultural con el único propósito de formar personas íntegras capaces de generar cambios positivos en los patrones de su cultura.[8]
De esta manera podemos decir que, Instituciones como la «Asociación de Jóvenes Esperanza de la Fraternidad» en Cuba y México, y la «Fraternidad Alfa Phi Epsilon» de Chile son, sin lugar a dudas, los Organismos de jóvenes que, por la educación que reciben, constituyen la esperanza como un modelo de la fraternidad universal y, por ende, de la Masonería.
Para finalizar, no olvidemos que en las universidades, de la sociedad actual, encontramos la cantera apropiada de jóvenes, futuras columnas estratégicas para la renovación y crecimiento de la Masonería postmoderna.
IV. Conclusiones y Recomendaciones
1) La Francmasonería postmoderna Iberoamericana debe estudiar nuevos paradigmas, lo suficientemente flexibles y pluralistas, que armonicen nuestras necesidades con los demás, con la finalidad de combatir la crisis de valores establecida prácticamente en todos los pueblos y así tratar de rescatar los y las jóvenes, que cada vez se encuentran más solos enfrentados a su entorno.
2) El segundo gran reto es crecer abundante y constantemente, vinculando a los y las jóvenes. Si éstos no tocan las puertas de nuestros TTemp.·. porque no conocen o no saben de nuestra Ord.·., debemos ir en busca de ellos, estableciendo un agresivo plan estratégico de instrucción Masónica dirigido especialmente a la juventud profana mediante charlas, conferencias, etc., donde le demos a conocer la historia, principios, objetivos y fines de la Francmasonería. La idea es crear una verdadera imagen de lo que es la Institución Masónica, sin revelar nuestros medios de reconocimiento. Para ello, nos debemos valer de los últimos semestres de las Instituciones de educación superior. Ahora, es claro que los principios y la filosofía de la Orden no son negociables. El trámite de incorporación debe mantenerse dentro de los parámetros de exigencias precisas que siempre la han caracterizado sin ninguna excepción. Quien no sea una persona recta, libre y de buenas costumbres no puede ser de los nuestros, por más necesidades que tengamos de membresía. Lo contrario sería llenar nuestras CCol.·. de “Profanos con mandil”, poniendo en riesgo la subsistencia de la Ord.·..
3) Todos sabemos que nuestra Institución no es secreta sino discreta. Por consiguiente, a la tarea de crecimiento, que estamos proponiendo, le debemos quitar las formas misteriosas que en algunos núcleos aún conservan por desconocimiento total y por confusión, presentado por quienes han sido sus enemigos, aunque ahora carezcan de razones para la animadversión. Es que, cuando hablamos de “Secreto” u “Oculto”, sus efectos pueden ser necesarios, naturales y espontáneos; en lo clandestino, siempre hay intención y astucia o cautela. Nosotros no somos contrabandistas, ni intrigamos ni conspiramos contra nadie, que son acciones, no sólo ocultas y secretas, sino clandestinas. El misterio se lo pusieron otros y en alguna medida hemos contribuido quienes profesamos lo que aquí se hace. No puede haber misterios que hagan impenetrable la Orden. Peor aún, los secretos no proceden en la vida postmoderna, cuando las comunicaciones han sido capaces de traspasar todos los linderos y hacer conocer mucho de lo que antes era correspondiente a círculos cerrados o especializados. El ejemplo fehaciente lo tenemos en la Internet por el que ahora es posible presenciar una ceremonia de iniciación, el nacimiento de un ser humano o un animal, o incluso hasta la simple televisión. La Internet acabó con ese mito del supuesto “secreto” en Masonería. En este medio encontramos todo lo que queramos saber de nuestra Institución durante las veinticuatro horas del día y los doce meses del año. Tener como misterio aquello que cualquiera puede observar en medios electrónicos o que sencillamente se encuentra diseminado en una amplia bibliografía que ronda por todas las bibliotecas del mundo, o que puede ser adquirida en la librería de la esquina, termina siendo innecesario. No hay que hacerlo. Menos cuando creemos en trascendencias como las contenidas en nuestra filosofía que es la que hay que dar a conocer. En consecuencia, debemos librar la Francmasonería de los tonos misteriosos, es una necesidad para que sea posible el crecimiento propuesto. Los misterios siempre llevan algo impregnado de temor, por lo que no es atractivo totalmente ningún objetivo. Hay que ser abiertos para que los y las jóvenes lleguen sabiendo lo que hacen. No hay que crear falsas expectativas, pues ellas son responsables de muchos abandonos. Hay que decirle al candidato o candidata qué es la Orden, a qué se llega a ella y cuáles las ventajas de ser Masón. Pero sin engaños. Si aplicamos estas estrategias, tengan la seguridad QQ.·. HH.·. y HHnas.·. el crecimiento será bien fuerte.
4) La Masonería de este milenio debe ser más joven. Se tiene que rejuvenecer, pues no puede seguir teniendo el promedio de edad que ahora muestra, por esa condición natural del ser humano a ser conservador en la medida en que se va acercando a su final como resultado de su evolución biológica. No son pocas las ocasiones en que por esa circunstancia de temperamento de edad, en nuestra entidad se rinden cultos que dejan la sensación de ingravidez, lo que en nada contribuye al desarrollo. Este requiere siempre de gran dinámica y ella solamente se puede exigir de quienes estén en disposición de tenerla y usarla. Es apremiante que los profanos lleguen más jóvenes, sin que tengamos que violar los requisitos exigidos en cada caso. Una persona joven puede estar madura como hombre o mujer, sin esperar a que haya consumido más de la mitad de su vida a nuestros principios. Hay que creer en los jóvenes como seres libres y de buenas costumbres, que tienen mucho que aportar a lo que somos y mucho más a lo que podemos ser.
5) Es de suma importancia que anualmente le hagamos un seguimiento a la deserción, cada vez mayor, de nuestros HH.·. de los TTall.·., para lo cual deberíamos diseñar un formulario donde se consignen los motivos de su retiro y así asumir los correctivos que haya que tomar.
6) Ante todo lo que hemos planteado, se hace necesario, urgentemente, que no sólo debemos reflexionar, sino actuar. La construcción del Templo debe abrirse hacia nuevas realidades, o de lo contrario, la velocidad del tiempo la dejará atrás, y al igual que otros proyectos humanos, un día tendrá su final.
7) Por último, habrá que rescatar la esencia iniciática, cultural y filosófica, y encuadrarla en un mundo en permanente cambio. Tendremos que transmutar –como lo han hecho todos nuestros HH.·. en el pasado– aquella ley física, en proverbio y ley moral: “nada se destruye, todo se transforma”.
Ha sido mi palabra.
_______________
[1] Ducourant, Bernard. SAVIDURÍA CHINA: SUS PROVERBIOS Y SENTENCIAS. Ediciones Martínez Roca, S. A. Barcelona, España. 1997. P. 118
[2] En Internet:
[2] En Internet:
[3] Toyne, Sartha y Robbins, Tom. “LA ADMISIÓN DE MUJERES CONMUEVE A LA MASONERÍA”. Sunday Times. 22 de julio de 1999. En Internet: http://www.glse.org/newsold/prensa06.htm
[4] Serna, Ricardo. REFLEJOS EN LA HISTORIA. Revista “La Acacia” Nº 5. En Internet:
http://perso.wanadoo.es/lomise/acacia545.htm
[5] Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española. (CEHME). Universidad de Zaragoza. Facultad de Filosofía y Letras. Departamento de Historia Contemporánea. En Internet:
http://rayuela.uc3m.es/~nogales/MAS/cehmeind.html
[6] Primer Simposio Internacional de Historia de la Masonería Americana y su Influencia en el Desarrollo Económico, Político, Social y Cultural de América Latina hasta 1900. En Internet: http://rayuela.uc3m.es/~nogales/MAS/cehmeind.html
[7] Asociación de Jóvenes Esperanza de la Fraternidad. En Internet: http://orbita.starmedia.com/~mgm50/asociación_de_jovenes_esperanza_.htm
[8] PREPARAR JÓVENES DESDE JÓVENES. Revista Occidente. Julio – Septiembre 2000. En Internet.
http://www.revistaoccidente.cl/374/institucional/CLANES/prepararjovenesdesdelosjovenes374.act
[6] Primer Simposio Internacional de Historia de la Masonería Americana y su Influencia en el Desarrollo Económico, Político, Social y Cultural de América Latina hasta 1900. En Internet: http://rayuela.uc3m.es/~nogales/MAS/cehmeind.html
[7] Asociación de Jóvenes Esperanza de la Fraternidad. En Internet: http://orbita.starmedia.com/~mgm50/asociación_de_jovenes_esperanza_.htm
[8] PREPARAR JÓVENES DESDE JÓVENES. Revista Occidente. Julio – Septiembre 2000. En Internet.
http://www.revistaoccidente.cl/374/institucional/CLANES/prepararjovenesdesdelosjovenes374.act
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