viernes, 24 de agosto de 2007

Recordando a Benito Juárez en el bicentenario de su nacimiento



Por: Mario Morales Charris 33º
Ven:. Maest:. Resp:. Log:. Lealtad No. 7
Ex Gran Maestro de la Muy Resp:. Gr:. Log:. del Norte de Colombia

Pres:. Gran Consejo de Cab:. Kadosch «Lealtad Nº 3», Cám:. 30°


«Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz»


Benito Juárez García

Si el 27 de enero de 2006 la FrancMasonería en el mundo conmemoraba el 250 aniversario del nacimiento de Wolfgang Amadeus Mozart, el 21 de marzo hacía lo propio con el bicentenario del nacimiento del «Benemérito de las Américas», Dr. Benito Juárez García.

Los Masones celebramos este año 2006 el bicentenario del natalicio de uno de los hombres clave en la historia y en la consolidación de la independencia de México y seguramente un hermano esencial del pensamiento humanista y político latinoamericano. Juárez es el adalid de la República de México y el emancipador de las conciencias de un pueblo –como el del resto de América– que vivió siglos de sumisión espiritual y religiosa, dando como resultado un fanatismo, alimentado por la ignorancia y la superstición promovidas por una clase sacerdotal ambiciosa de riquezas y poder.

La Masonería en México y en el mundo reconoce la importancia de la formación espiritual del hombre; por ello, planteamos y defendemos la libertad absoluta de conciencia y como principio somos respetuosos de los distintos credos religiosos de cada quien, o sea, que practicamos, al igual que en otros campos, la tolerancia religiosa; pero ante los embates de un clero perturbador como el que existió en los países americanos durante la colonia, los hombres de pensamiento progresista tuvieron que salir a la lucha en defensa de los ideales de desarrollo y transformación que la Masonería proclama en su fuero más interno y que constituyen los principios básicos en busca de la perfección del ser humano, para que este pueda vivir en armonía y en paz dentro de su núcleo social. Para lograr estos objetivos, se hace necesario que seamos hombres de bien, que practiquemos la verdadera justicia con razón y equidad, pero además, enmarcar nuestras decisiones en esa triada que tanto mencionamos como lo son la Libertad, Igualdad y Fraternidad.

Juárez fue uno de esos hombres, y la generación que le acompañó en su lucha por la «Reforma Liberal», son el mejor ejemplo de cómo los principios, los postulados y las enseñanzas de la Masonería deben sembrar la inquietud y los ánimos de las instituciones sociales y políticas de los pueblos evolucionados. Los Estados Unidos de México fueron fundados por Masones y la «Reforma Liberal» Mexicana es, sin duda alguna, la segunda fundación de ese país. Estos hechos colocaron a México entre las naciones civilizadas del mundo. Así lo reconocieron en Europa, particularmente Víctor Hugo.

Al Q:. H:. Juárez se le exalta por su condición humana llena de virtudes; se le reconoce por sus méritos enormes al ser el ejemplo más vivo de la perseverancia en la lucha contra todas las adversidades juntas, ya en su vida personal, ya en su devenir político.

En su vida personal, Juárez surge de la clase social históricamente más marginada de América, la indígena. Nació el 21 de marzo de 1806, en la ranchería de San Pablo Guelatao, a tres kilómetros del Municipio de Ixtlán, Estado de Oaxaca, México. Hijo de los indígenas zapotecas Marcelino Juárez y Brígida García.; creció dentro de esta comunidad por lo que parte de su niñez sólo habló el dialecto zapoteco. Al otro día de su nacimiento fue bautizado en la iglesia de Santo Tomás Apóstol: “El cura presbítero Pablo Manzano certifica en debida forma que en el libro 12 de bautizo de esta parroquia, folio 105, partida 13, consta el bautizo de Benito Pablo (Juárez García) que a la letra dice:

En la iglesia parroquial de Santo Tomás Ixtlán, 22 días del mes de marzo de 1806, Ambrosio Puche vicario de esta doctrina bauticé solemnemente a un niño a quien nombré Benito Pablo, hijo legítimo de Marcelino Juárez y Brígida García, indios de San Pablo Guelatao, perteneciente a esta cabecera y sus abuelos paternos son Pedro Juárez y Justa López, los abuelos maternos Pablo García y María García.

Fue madrina Apolonia García, india casada con Francisco García a quien advertí su obligación y parentesco espiritual y para constancia lo firmó el señor cura, Mariano Cortabarria.”[1]

Los primeros años Benito los pasó en su pequeño pueblo natal. Apenas tenía 3 años cuando murió su padre Marcelino. A los pocos días nació su hermanita Maria Longinos. La alegría de su nacimiento se volvió tristeza porque enseguida murió su madre. Solos en la vida quedaron los huérfanos María Josefa, Rosa, Benito y Maria Longinos.

Los abuelos paternos –Pedro Juárez y Justa López– recogieron a los huérfanos Josefa y Rosa, a Benito y Maria Longinos, la recién nacida, fueron a vivir con su tía Cecilia García, hermana de la difunta madre. A los escasos dos años murieron los abuelos paternos. Entonces su tío Bernandino –hermano del abuelo paterno– se hizo cargo de Benito. Bernardino era un hombre alcohólico, dedicado a las faenas del campo y del pastoreo. Tenía un rebaño de ovejas al que Benito le ayudaba a cuidar. Fue en este ambiente donde Juárez aprendió el laboreo y las tareas campesinas. Es de anotar que su tío le enseñó a leer y el idioma castellano, que consideraba esencial para prosperar económica y socialmente. La pérdida de uno de esos animales, el 17 de septiembre de 1818 por quedarse dormido, asustó al niño Benito, quien tomando una decisión muy personal y temeroso de ser castigado por la falta de la oveja, escapó a pie hasta llegar a la capital del estado, la ciudad de Oaxaca, dirigiéndose inmediatamente a la casa de la familia Maza, donde trabajaba como sirvienta su hermana María Josefa.

Durante esta etapa, gracias a su hermana y a la propia familia Maza, consigue incrementar sus estudios; sobre todo adquiere el dominio del español, pues tenía muy pocos conocimientos del mismo y vive unos años de estabilidad. Poco después ingresó al servicio doméstico del monje lego Antonio de Salanueva, quien poseía un taller de encuadernación donde aprendió el oficio de encuadernador, lo que le permitió también la lectura de muchos autores clásicos como el clérigo Benito Feijóon y Plutarco. Asimismo, el fraile Salanueva le enseñó, entre otras áreas del conocimiento, filosofía y teología y contribuyó en su ingreso como alumno externo –el 18 de octubre de 1821, el mismo año en que México declara su independencia– al Seminario de Santa Cruz que era el único lugar donde se podía estudiar la secundaria en Oaxaca. Cuando estaba próximo a ordenarse como sacerdote cambió de carrera, inscribiéndose en 1829 en el Instituto de Ciencias y Artes del estado, para iniciar estudios en jurisprudencia, que culminó con todo éxito el 13 de enero de 1834, fecha en que recibió el título de abogado.

Entretanto se dedicó a su profesión, luego en 1831 fue regidor del Ayuntamiento de Oaxaca y diputado local en 1833; después juez de lo civil y de hacienda.

Juárez contrajo matrimonio, a los 37 años de edad, con Margarita Maza, hija adoptiva del antiguo patrón de su hermana María Josefa. Sin embargo, algunos autores afirman que en años anteriores había tenido otro hogar; v. gr. la historiadora Josefina Zoraida Vázquez, autora del libro «Juárez el Republicano», editado por la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos, para conmemorar el bicentenario del natalicio del «Benemérito de las Américas», señala que “don Benito había convivido con Juana Rosa Chagoya con quien había procreado dos hijos, pero muerta ésta, el 31 de julio de 1843, contrajo matrimonio con Margarita Maza”[2], con quien tuvo a Manuela, Felícitas, Margarita, Guadalupe, Soledad, Amada, Benito, María de Jesús, Josefa, José, Jerónima y Antonio.

En 1844 fue secretario en el régimen del general Antonio de León, luego fiscal del Tribunal Superior y diputado al Congreso Federal en 1846 y 1847, época en que fue derrotado de la presidencia el general Paredes Arrillaga, y le tocó aprobar el préstamo que Gómez Farías había solicitado a la Iglesia en 1847 para financiar la guerra contra Estados Unidos de América.

Para esta época la presencia de Benito Juárez en la Masonería es indiscutible, aunque ciertamente los datos históricos son variados. A México, la Masonería le llega durante la primera década del s. XIX y ya en 1824, Guadalupe Victoria, primer presidente de México independiente, actúa como Gran Maestro de la Gran Logia Nacional Mexicana, introducida por Mr. Joel R. Poinsett, Ministro Plenipotenciario del Gobierno norteamericano en México.

Recién consumada la Independencia de México, en 1821, la sociedad mexicana –al igual que el resto de países latinoamericanos– enfrenta el debate político fundamental de su historia: decidir si el nuevo país se constituye en una república centralista o en una federalista. La Masonería desempeña, desde entonces, un papel crucial en la historia mexicana; el llamado rito escocés, integrado por españoles peninsulares y algunos criollos deseosos de mantener los privilegios virreinales, se pronuncia por un esquema de organización política centralista. Los mestizos la clase social emergente deciden luchar por un modelo de república federal y se agrupan en el Rito York. Ambos sistemas de Masonería se convierten en auténticos partidos políticos y según cuenta don José María Mateos en su Historia de la Masonería en México: 1806-1884, pronto las Logias dejaron de ser tales y se convirtieron en camarillas de poder y de influencia. Los rituales y el simbolismo Masónico desaparecieron para constituirse en auténticos partidos políticos en los que ser escocés significaba ser centralista, y ser yorkino, federalista. Había Masones escoceses y yorkinos en calidad de diputados al Congreso y el debate era tan fuerte que la fraternidad dejó de ser tal ante la lucha por el poder y el triunfo de uno de los dos proyectos. Ganó, finalmente, el proyecto de nación federal, es decir, el partido yorkino.

En virtud de lo anterior, nueve Masones: cinco del Rito York y cuatro del Escocés, hastiados de ver a las Logias convertidas en partidos políticos, deciden separarse de sus Talleres en 1825 y fundan un sistema Masónico de nueve grados que prevalece desde el siglo XIX y al que dieron por nombre el de «Rito Nacional Mexicano».

Precisamente la mayoría de historiadores y tratadistas sobre temas Masónicos, afirman que Benito Pablo Juárez García fue iniciado en la Logia «Independencia Nº 2» del Rito Nacional Mexicano, el 15 de enero de 1847, a la edad de 41 años. El Q:. H:. Juárez llegó a obtener el Grado Noveno, equivalente al grado 33° del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, que fue tan ferviente en la práctica Masónica que su nombre se conserva con veneración en todos los ritos, y muchas Logias y Cuerpos Filosóficos lo han adoptado como un símbolo sagrado.

Para efecto de su iniciación, fue necesario habilitar como Templo Masónico el salón de sesiones del Senado de la República. La ceremonia estuvo presidida por el ilustre hermano don José María del Río, entonces Gran Maestro del Rito Nacional Mexicano. El Or:. y las CColmn:. estuvieron colmadas, sobre todo con la presencia de HH:. que desempeñaban cargos importantes en la administración pública; entre ellos: don Valentín Gómez Farías, patriarca de la democracia y entonces Presidente de la República, don Pedro Zubieta, Ministro de Hacienda, Pedro Lemus, Comandante General del Distrito Federal y del Estado de México; don Ambrosio Moreno, Ministro del Tribunal Superior de Justicia, los hermanos Diputados federales José María del Río, Fernando Ortega, Tiburcio Cañas y Francisco Banuet. También estuvieron presentes, Manuel Crescencio Rejón, el Pericles de nuestros oradores, Joaquín Navarro, Miguel Lerdo de Tejada y otras personas distinguidísimas en las armas y en las letras. Benito Juárez, desde aquella noche de su iniciación, adoptó el nombre simbólico de «Guillermo Tell», queriendo significar que habría de ser enérgico y constante, tal como lo fue el héroe suizo en defensa de la libertad de su patria. Fue tan humilde, libre de toda pasión y ambición que siempre, en todo momento y lugar, quiso desempeñar el puesto de Guarda Templo y ningún otro. Hay quienes sostienen que fue Venerable Maestro en dos ocasiones de su Logia «Independencia No. 2».

Luego de haberse iniciado Juárez en los augustos misterios de nuestra Institución fue nombrado, a fines de 1847, gobernador interino del estado de Oaxaca, siendo reelecto como gobernador, cargo que desempeñó hasta el 12 de agosto de 1849. Debemos resaltar que durante su gobierno procuró el desarrollo del estado, entre sus logros están: el equilibrio económico, la realización de obras públicas como caminos, escuelas para combatir la ignorancia, levantamiento de una carta geográfica y del plano de la ciudad de Oaxaca; reorganizó la Guardia Nacional y dejó excedentes en el tesoro público. Igualmente, mientras fue gobernador, Juárez no le permitió al General Antonio López De Santa Anna –quien estuvo en la presidencia y se caracterizó por su gran ambición– la entrada al estado de Oaxaca, ya que este venía huyendo de la capital. Después Benito al terminar su gestión fue rector del instituto donde estudió y regresó al ejercicio de su profesión.

Al asumir el General Antonio López De Santanna la presidencia de la República por última vez en 1853, e imponer una dictadura, muchos liberales, entre ellos Juárez, son desterrados; primero a Jalapa, posteriormente a las "Tinajas" de San Juan de Ulúa, de donde fue sacado para expulsarlo a Cuba, de este país pasó a Nueva Orleans, uniéndose a otros liberales mexicanos afines a sus ideales. En esta última ciudad, Juárez para poder subsistir –sin descuidar la actividad política– trabajó en diversos oficios, entre ellos en una imprenta y también como “torcedor” de puros.

Mientras tanto en México, el 1º de marzo de 1854, el Coronel Florencio Villarreal hizo un llamado para terminar con la dictadura, mediante la promulgación del «Plan de Ayutla», en cuya formulación participaron figuras como Juan Alvarez, Ignacio Comonfort, Trinidad Gómez, Diego Álvarez, Tomás Moreno y Rafael Benavides.

El documento señalaba la destitución del dictador y la designación de un presidente interino que convocara a un Congreso Extraordinario, el cual tendría el carácter de Constituyente, para organizar al país como República representativa y popular, creando una ley fundamental adecuada a las necesidades y características de la Nación. Es importante anotar que luego de ser proclamado el «Plan de Ayutla», Juárez recibió el Grado 7° del Rito Nacional Mexicano.

En 1855 el plan anterior tuvo su efecto al hacer caer a Santa Anna y llegar Juan Álvarez a la presidencia. Éste nombra a Juárez, el 4 de octubre del año mencionado, Ministro de Justicia e Instrucción Pública. Lo primero que hizo Benito fue expedir la Ley sobre Administración de Justicia y Orgánica de los Tribunales de la Nación, del Distrito y Territorios, conocida históricamente como «Ley Juárez», con la que fueron abolidos los fueros y privilegios que tenían los militares y el clero por encima de otras personas. Después fue nombrado gobernador de Oaxaca, convocó a elecciones; y como resultado de ellas, fue reelecto. Promulgó en su Estado la Constitución de 1857.

Posteriormente vino la caída del presidente Álvarez y lo sustituyó Ignacio Comonfort, quien reestructuró el gabinete y nombró a Juárez en la cartera de Gobernación. Más tarde fue elegido presidente de la Suprema Corte de Justicia.

E1 grupo político de los conservadores encabezado por Félix Zuloaga, al ver afectados sus intereses con la Constitución de 1857 decide hacer el «Plan de Tacubaya» donde se desconoce dicha Constitución. Comonfort decide unirse a los conservadores y da golpe de Estado. Como Juárez no estaba de acuerdo con el golpe de Estado, fue encarcelado; estos hechos desataron la «Guerra de Reforma», durante la cual se enfrentaron los liberales a favor de la Constitución apoyados por Benito Juárez contra los conservadores.

Prontamente Comonfort se quedó solo y se vio obligado a liberar a Juárez y a otros liberales; más tarde renunció a la presidencia y se marchó a Estados Unidos. Entonces Juárez lanzó un manifiesto donde declaró que asumía el poder de acuerdo con la Constitución, pues era el presidente de la Suprema Corte de Justicia quien debía en estos casos reemplazar al Presidente de la República y se trasladó a Guanajuato, declarando establecida en ese lugar la sede de su gobierno porque los conservadores se habían adueñado de la Capital. Sin embargo, el ataque por parte de los conservadores fue tan fuerte que se tuvieron que trasladar a Jalisco. Allí estuvo a punto de ser fusilado Juárez y su gabinete, pero los salvaron Guillermo Prieto y la Guardia Nacional de Guadalajara (Jalisco); así que decidieron trasladarse a Colima. Perseguido, hubo de exiliarse en Panamá, volviendo a México en mayo de 1858 y estableciéndose en Veracruz, donde logró instituir su gobierno, reconocido al año siguiente por los Estados Unidos de América.

Entretanto en la capital Miramón fue nombrado presidente por parte del grupo de los conservadores, y decidió atacar Veracruz, pero en su intento fracasó.

En julio de 1859, estando en Veracruz, Juárez expidió las «Leyes de Reforma». La primera consistía en la nacionalización de los bienes eclesiásticos. La segunda era la separación de la Iglesia del Estado, así como la supresión de comunidades religiosas y la prohibición del establecimiento de nuevos conventos. De este modo se llegó a la extinción de los dominios eclesiásticos, a la liquidación de las propiedades de la Iglesia (pasando todos sus bienes al erario de la República de México) y a la secularización del registro de nacimientos, defunciones y matrimonios e inicios del registro civil.

Un año después –en la madrugada del 1 de junio de 1860, en el Estado de Chiapas– las fuerzas insurrectas al mando del General Juan Antonio Ortega, que hacía parte del grupo revolucionario conservador de la oposición a Juárez, sorprende al General José María Melo –colombiano, tolimense y hermano Masón– con un escuadrón de caballería dispuesto a ayudar a Juárez. Se traban en combate, Melo queda gravemente herido. Hecho prisionero y el mismo día es fucilado sin ninguna fórmula de juicio. Es bueno aclarar que el Q:. H:. Melo llega a México expulsado de la Nueva Granada por el Vicepresidente Manuel María Mallarino, encargado del Poder Ejecutivo. La razón de su expatriación fue que el 4 de diciembre de 1854, las tropas del gobierno constitucional de la Nueva Granada vencen en sangriento combate a las tropas del General Melo en la toma de Bogotá, lo hacen igualmente prisionero y lo someten a un Consejo de Guerra.

Por otra parte es de mucha valía anotar, que México al igual que el resto de los países latinoamericanos que buscaban, en ese momento histórico, emanciparse del yugo de los extranjeros –en su gran mayoría de los españoles– tenía, en términos financieros, una deuda externa impagable, o sea que estaba en la quiebra total, siendo el principal motivo la guerra sostenida por muchos años. En consecuencia, Juárez decidió suspender los pagos de la deuda por dos años. Este hecho sumado a los anteriores fue aprovechado habilidosamente por los conservadores radicados en Europa e intrigaron con éxito para que Inglaterra, España y Francia invadieran a México, haciendo una fantástica reclamación por débitos tenidos a favor de esos países que enviaron una flota a Veracruz, donde se iniciaron conversaciones con los jefes de los invasores, retirándose los españoles y los ingleses porque el «Convenio de la Soledad» apaciguó los ánimos de éstos, quedándose en México el ejército francés que avanzó sobre Puebla, donde el 5 de mayo de 1862 fueron derrotados por el ejército de Juárez, comandado por el general Ignacio Zaragoza. Mientras los conservadores buscaban ayuda en Europa, los liberales lo hacían con los Estados Unidos. Ocampo, colaborador de Juárez, consiguió firmar un tratado con McLane, donde se permitía al ejército estadounidense entrar al territorio Mexicano y daban otras concesiones sobre éste, pero el congreso estadounidense no lo aceptó.

Don Benito Juárez permaneció en la ciudad de México por unos días, pero tuvo que abandonar la capital ante el empuje de los franceses que trajeron suficientes refuerzos para la invasión completa. Juárez no se doblegó yéndose al norte de México y allí estableció su cuartel general en la limítrofe población del Paso, por lo que jamás salió del territorio nacional.

En 1864, los conservadores obtienen el apoyo de Napoleón III, emperador de Francia, quien con el fin de extender el poder de ese país, decide junto con los conservadores de México formar el “Imperio Mexicano”; para ello envía al archiduque de Austria, Maximiliano de Habsburgo con la princesa Carlota Amalia a ocupar el trono. El archiduque y su princesa fueron recibidos por los conservadores mexicanos, instalándose en Chapultepéc y en el Palacio Nacional, como “Emperadores de México”.

Al establecerse el imperio francés, el gobierno republicano encabezado por el Presidente Juárez, se vio forzado a dejar la ciudad de México y a emprender un largo peregrinaje. El último lugar donde estuvieron fue en la ciudad de San Luis Potosí.

Mediante un decreto del 8 de noviembre de 1865, Juárez prorrogó su mandato presidencial en atención a las difíciles circunstancias que se vivían en el país.

El 15 de mayo de 1867 Maximiliano fue derrotado en Querétaro por el ejército de Mariano Escobedo, por lo que fue juzgado por una Corte Marcial y sentenciado a morir fusilado el 19 de junio en el “Cerro de Campanas”, junto con sus generales imperialistas Miguel Miramón y Tomás Mejía. Con las tropas francesas repatriadas, Benito Juárez empezó la reestructuración del nuevo México libre y asumió otra vez el poder en la Ciudad de México el 15 de julio de 1867. Una vez que triunfó dio un discurso donde se destaca una de sus célebres frases: «Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz»

Fue proclamado "Benemérito de las Américas" por su defensa de las libertades humanas, que sirvió de ejemplo a otros países latinoamericanos.

En octubre de 1867 fue reelecto presidente de la República; se dedicó principalmente a organizar la situación económica del país, redujo el ejército, organizó una reforma educativa, ordenó sofocar los alzamientos militares y enfrentó la división de los liberales. Se mostró respetuoso ante la organización de los obreros y artesanos.

En 1871 fue reelecto por última vez como presidente de la República de México. Igualmente, recibía el Diploma de Gran Inspector General del Rito Escocés Antiguo y Aceptado del Supremo Consejo del Grado 33º para España. Fue también declarado «Miembro de Honor» de la Masonería francesa. Del mismo modo, todos los cuerpos Masónicos de los distintos ritos en el mundo han reconocido en el Q:. H:. Juárez sus grandes virtudes Masónicas. Lo anterior, a pesar de que fue una Masonería que nació para trabajar en el «Rito Nacional Mexicano», Organismo Masónico considerado irregular como muchos otros por la Gran Logia Unida de Inglaterra y sus seguidores. Pero el estado de las cosas en la política mexicana, la sediciosa postura del clero católico mexicano, al igual que el del resto de países en Latinoamérica, en sus afanes de controlar la educación y de mantener el control de la política del país, así como sus enormes riquezas inmobiliarias y agrarias, hizo que la bancada liberal se agrupara de nueva cuenta, pero ya no en las filas yorkinas y escocesas, sino ahora bajo las banderas de dos fuerzas oponentes: liberales contra conservadores o dicho de otra forma: Masones contra clericales. La lucha fue tan irritante que terminó en una guerra civil, la «Guerra de Reforma», con altos costos sociales, económicos y políticos; donde nacieron rencores que hoy en día florecen en la realidad mexicana, no obstante el triunfo moral de la verdad contra el oscurantismo.

Repentinamente el estratega de la República de México muere de un ataque al corazón a las once y media de la noche del 18 de julio de 1872 rodeado de sus hijos y demás familiares en el Palacio Nacional.

Por otra parte y a manera de conclusión, no podemos dar por terminado este ensayo sin antes plantearnos algunos interrogantes que nos pueden conducir a la reflexión: ¿Por qué Benito Juárez se hizo Masón? Tal vez porque descubrió en nuestra Orden los verdaderos principios de la fraternidad, de la caridad y el mutuo socorro. Juárez se hizo Masón, es posible porque observó en los Masones el respeto más arraigado a la libertad de cultos en iguales condiciones para los distintos grupos sociales y porque comprendió que ser Masón era equivalente a ser librepensador, progresista y a la vez profundamente espiritual. Juárez debió percibir que si la Masonería conservaba ciertas ritualidades era porque quería prolongar así la sabiduría del pasado de la humanidad y perpetuar la del presente; asimismo pudo observar que la Masonería garantiza en el mundo la permanencia de leyes, principios éticos y enseñanzas que conservan la verdadera condición de libertad, igualdad y fraternidad.

También nos podemos preguntar, ¿por qué esas decisiones de Juárez en contra de la iglesia católica? ¿Es que Juárez era anticatólico o antirreligioso? Indudablemente el desempeño público de Juárez esta cargado de principios Masónicos y evidencia, a todas luces, su vocación religiosa y espiritual. De hecho, Juárez nunca fue enemigo de la Iglesia Católica, pues él mismo fue un profundo católico; ni él, ni la Masonería han expresado jamás oposición ni al cristianismo ni al catolicismo. Hoy, precisamente –21 de marzo de 2006– cuando la Francmasonería conmemora el bicentenario de su nacimiento, el Cardenal Norberto Rivera, Arzobispo de México, confirma lo que estamos expresando, al destacar en rueda de prensa que Benito Juárez “siempre fue católico, jamás se avergonzó de serlo, era un católico practicante y ojalá nos llegara otro Juárez”, y lamentó que muchos juaristas hayan destruido su obra, en vísperas de celebrarse el bicentenario de su nacimiento. Sobre la separación Iglesia-Estado y la educación laica son dos de los principales legados de Benito Juárez, que se le deben agradecer “porque es lo mejor que podemos tener”, destacó el Purpurado y añadió que así “el Estado no esté metiéndose en cosas religiosas, ni los religiosos en cuestiones civiles” …”Hoy la libertad religiosa no es sólo una libertad de cultos, sino también de libertad de profesar los principios y valores que están en función del bien de la persona y de la sociedad, y que actualmente son atacados por aquellos que absurdamente resultan más juaristas que Juárez"[3], concluye el Cardenal.

Lo que sí debemos tener claro es que Juárez y los Masones de hoy pensamos y nos oponemos es al carácter retrógrado de un gran sector del clero, el sistemático y ancestral odio que los curas expresan hacia la Masonería; en este caso, hacia los Masones de México. ¿La razón? Haberle dado a México las «Leyes de Reforma», y con ellas la modernización jurídica y política expresadas en la separación del Estado y de la Iglesia, la educación laica y respetuosa, y sobre todo, la amortización de los bienes del clero, el matrimonio civil conservando el religioso y otras bondades que sólo los espíritus acomplejados y oscurantistas pueden llegar a temer y odiar con tanta pasión.

El elevado espíritu Masónico de Benito Juárez tuvo su más fervorosa expresión en el patriotismo y tolerancia con que condujo su vida personal, familiar y política. El cumplimiento exacto de sus deberes Masónicos y fraternales creando escuelas, protegiendo la libertad bajo todas sus formas y velando por el fiel cumplimiento de las leyes y la Constitución de México.

Para finalizar, en lo que a los Masones respecta y por si quedara alguna duda, nuestro voto y acción, claros y definitivos, están por la democracia contra el sectarismo, por la libertad contra el autoritarismo, y por la fraternidad contra la exclusión y el racismo. En efecto, la teoría democrática clásica parte de la idea básica de que el poder real reside única y exclusivamente en el pueblo, y que los distintos órdenes y órganos de gobierno no son otra cosa que estructuras que ese mismo pueblo elige y crea para ejercer su poder a través de ellos. Dicho en pocas palabras, los gobernantes, según este principio, no son los amos sino los servidores de la sociedad. Y eso sólo en tanto que ésta así lo determine y lo permita; fue precisamente lo que hizo Juárez como Masón en su vida pública y privada.
________________

[1] AÚN UTILIZAN LA PILA DONDE SE BAUTIZÓ BENITO JUÁREZ. Rodríguez Orozco, Jaime, Noticias. Voz e imagen de Oaxaca .
[2] RESCATAN ÁRBOL GENEALÓGICO DE BENITO JUÁREZ. Presidencia de la República de Méjico. En Internet: http://presidencia.gob.mx/buenasnoticias/?contenido=23968
[3] CARDENAL RIVERA LLAMA A REDESCUBIR IDENTIDAD CATÓLICA DE BENITO JUÁREZ. 22-Marzo. 2006 - ACI Prensa Servicios de Noticias. En Internet: http://www.ewtn.com/vnews/getstory.asp?number=65988

Referencias bibliográficas

1. ACI-Prensa Servicios de Noticias. CARDENAL RIVERA LLAMA A REDESCUBIR IDENTIDAD CATÓLICA DE BENITO JUÁREZ. 22 de Marzo. 2006.
En Internet: http://www.ewtn.com/vnews/getstory.asp?number=65988

2. Carnicelli, Américo. LA MASONERÍA EN LA INDEPENDENCIA DE AMÉRICA. Tomo II. Cooperativa Nacional de Artes Gráficas Ltda. Bogotá. Agosto 30 de 1970.

3. Chávez, Albino Lázaro. BENITO JUÁREZ EN LA MASONERÍA.
En Internet:http://www.geocities.com/ensenanza_n12/benitojuaremasoneria.html
4. Gallatin Mackey, Albert. ENCICLOPEDIA DE LA FRANCMASONERÍA. Tomo II. Editorial Grijalbo, S. A. México. 1981.

5. Gran Logia Benito Juárez de Oaxaca. BENITO JUAREZ GARCIA "MASON" BENEMERITO DE LAS AMERICAS. En Internet: http://emisariodelsol55.mx.tripod.com/juarez.html

6. Hoenigsberg Racedo, Julio. INFLUENCIA REVOLUCIONARIA DE LA MASONERÍA EN EUROPA Y AMÉRICA. Primera edición. Editorial A. B. C. Bogotá. 1944.

7. Monsiváis, Carlos EN EL BICENTENARIO DE BENITO JUÁREZ. En Internet:
http://www.jornada.unam.mx/2006/01/24/008a1pol.php

8. Portillo López, José Valdemar. BENITO JUAREZ, PRESENTE Y FUTURO DE NUESTRA PATRIA. En Internet: http://orbita.starmedia.com/~miggarme/JUAREZBenito.htm

9. Presidencia de la República de Méjico. RESCATAN ÁRBOL GENEALÓGICO DE BENITO JUÁREZ. En Internet: http://presidencia.gob.mx/buenasnoticias/?contenido=23968

10. Rodríguez Orozco, Jaime. AÚN UTILIZAN LA PILA DONDE SE BAUTIZÓ BENITO JUÁREZ. Noticias. Voz e imagen de Oaxaca. En Internet:
http://www.noticias_oax.com.mx/articulos.php?id_sec=2&id_art=35962&id_ejemplar=916

11. Ruiz, Alejandro. BREVE HISTORIA DE LA MASONERÍA MEXICANA. Enciclopedia de México, edición 1987. En Internet: http://images.google.com.co/imgres?imgurl

12. Salinas Elizondo, Oscar J. LA MASONERÍA MEXICANA - RELIGIÓN Y POLÍTICA. En Internet: http://www.yorkrite.com/gcmx/os1999mx.html

13. Santos Lozano, Heriberto Dante. EL BICENTENARIO DE BENITO JUÁREZ. En Internet:
http://www.elporvenir.com.mx/notas.asp?nota_id=46341

14. Stevenson Collante, José. PERFILES MASÓNICOS. Ediciones Sociedad Hermanos de la Caridad. Barranquilla. 1999.

15. Vásquez, Andrés Clemente. CONSTANCIA HISTÓRICA DE LA ACTUACIÓN MASÓNICA DE BENITO JUÁREZ GARCÍA. En Internet: http://orbita.starmedia.com/~miggarme/constanciajuarez.htm

16. Vázquez Semadeni, María Eugenia. JUÁREZ MASÓN. En Internet:
http://mazatlan.udo.mx/bicentenariobenitojuarez.htm

2 comentarios:

Gabriela dijo...

Alguien sabe que paso con el Sr. Antonio Maza? cuantos hijos tubo? como se llamaron?, acerca de sus nietos, cuantos tubo? en donde estan sus decendientes? quienes son hoy? que hacen?, hay algun arbol genealogico por parte de MArgarita Maza con hermanos, sobrinos etc?

Tony dijo...

Gabriela, tengo algunos datos que possiblemente te interesen.