Ex Ven:. Maest:. Resp:. Log:. Lealtad No. 7
Ex Gran Maestro de la Muy Resp:. Gr:. Log:. del Norte de Colombia
El hombre y la sociedad han evolucionado como tomados de la mano, pero en un mundo dialéctico lleno de contradicciones como debía y debe ser. Pues, donde quiera que exista un núcleo social por muy pequeño que sea, la dialéctica deberá estar presente. Por eso no es extraño que de la escuela Pitagórica se haya pasado al Hermetismo, de Platón al pensamiento Gnóstico, y de la utopía albigense a la masacre templaria, la historia de la Masonería se forja a partir de la defensa del ser humano a creer y a pensar libremente. Los portentos de la construcción gótica, esas casi etéreas catedrales, ligeras y luminosas sustituyeron a las oscuras y masivas construcciones románicas, cual reflejo evidente del concepto del logos, de la luz sutil originaria, trasponiendo la oscura y densa materia creada por el Demiurgo. Ahí, en esas joyas de la cultura humana encontramos la firma reconocible de los Francmasones o constructores libres, que plasmaron su convicción de tolerancia y amor a la ciencia en medio de ese mar de oscurantismo medieval, razón por la cual, en el siglo XII se nos excomulgó y anatemizó.
La transición de la Edad Media al Renacimiento también se ve permeada del pensamiento regenerador de la fraternidad de constructores. Filósofos protomasónicos como Marsilio Ficino y Pico de la Mirandola acogen la sabiduría y le abren acceso a una nueva era en el devenir humano.
El arte, la plástica, el pensamiento todo, florece a partir del descubrimiento del hombre dentro de sí mismo del germen de la libertad y a través de ella, la posibilidad de emanciparse de las estructuras hegemónicas que lo habían subyugado por cientos de años.
La ruptura con el viejo orden, el surgimiento de la Reforma y la Contrarreforma, la intolerancia mas rancia en una lucha a muerte por la vida eterna, fueron el caldo de cultivo donde crecieron y se fortalecieron las formas de resistencia en contra de persuasivas expresiones represivas contra quienes en su convicción por la libertad del espíritu, la tolerancia como alternativa de vida, y la comprensión racional del mundo, fueron satanizados y expulsados de ese paraíso artificial en donde el hombre era un siervo permanente de la hegemonía del poder político, de las supersticiones y de los dogmas.
Largo es el camino que une todavía a esa Francmasonería renacentista a la que otea este siglo XXI que acaba de comenzar. En medio de ella quedan las otras grandes Catedrales Masónicas: las sociedades científicas de buena parte del mundo, la música de Haydn, Mozart, Beethoven. Las revoluciones francesa y norteamericana. Las guerras de Independencia de nuestra Nación y de todas las Naciones latinoamericanas. La Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano. La literatura de Voltaire, Goethe, Victor Hugo y Kipling; el legado de estadistas como Dantón, Franklin, o Jefferson.
En nuestro país, la acción de Masones como Santander, Nariño, Bolívar, Vargas Tejada, José María Obando, José Hilario López, Tomás Cipriano de Mosquera, Manuel Murillo Toro y la generación de la Reforma. Así como innumerables intelectuales, artistas y militares del siglo XIX como Juan José Nieto, Rafael Uribe Uribe, Jorge Isaac, Benjamín Herrera, entre otros, fue decisiva para diseñar el perfil de la Nación colombiana libre y soberana que hoy conocemos y apreciamos. Que lamentablemente se encuentra sumida en una guerra absurda, propia de la injusticia social y de la lucha por el poder.
La influencia de la Masonería en el mundo del siglo XX fue radical. Para los que afirman su obsolescencia cabe mencionar sólo algunos de sus miembros: en la ciencia están, el inglés Alexander Fleming, Premio Nobel en 1945 de medicina, quien formó parte del equipo descubridor de la penicilina; el español Santiago Ramón y Cajal, Premio Nobel de medicina en 1906, se le atribuye estudios fundamentales en histología; el alemán Albert Einstein, autor de numerosos estudios de física teórica y formuló la teoría de la relatividad, Premio Nobel de física en 1921; Artur Stanley Eddington, astrónomo y físico, determinó la masa, temperatura y constitución de muchas estrellas. En la tecnología están los hermanos franceses Luis y Augusto Lumière, quienes inventaron el cinematógrafo en 1894 y la placa fotográfica en colores; los hermanos Wilbur y Orville Wright, aviadores norteamericanos que consiguieron volar por primera vez con un aparato más pesado que el aire, construido por ellos mismos; Henry Ford, industrial norteamericano, quien fundó una de las mayores fábricas de automóviles del mundo y promovió nuevos métodos de producción. Artistas de vanguardia como el pintor español Juan Gris; el pintor y grabador francés Marc Chagall; el pintor mexicano Diego Rivera; el compositor finlandés Juan Sibelius, o el músico, escritor y poeta cubano Alejo Carpentier. En la política: el colombiano Alberto Lleras Camargo; el mexicano Lázaro Cárdenas, el inglés Winston Churchill y el norteamericano Martin Luther King. Incluso las primeras huellas humanas en la Luna pertenecen a un hermano del grado 33°, Neil Armstrong. ¿Son estas cuantas figuras acaso una muestra del pensamiento anacrónico de la Masonería? ¿Acaso la Francmasonería no ha cambiado al ritmo como lo ha hecho la ciencia, la tecnología, las artes, la política, lo social y lo cultural en general? Todo esto —como lo vimos en nuestro artículo anterior, Plancha Masónica N°7— a pesar del imperio conservador y prepotente de la Gran Logia Unida de Inglaterra, que tiene dividida a nuestra Ord:. con la mal llamada “regularidad” e “irregularidad”.
Pero lo que caracteriza, sin duda, de mejor manera la sociedad postmoderna, es la velocidad con la cual cambia, y esto es, de hecho, la única permanente. Pues es humano que el cambio siempre inquieta, porque tiene la propensión a socavar nuestras necesidades naturales de seguridad y de control de nuestra vida.
Antes de la industrialización el trabajo fue manual e hizo intervenir en ese escenario, herramientas fabricadas a destajo y a la medida. La miseria fue sin duda dramática, el trabajo duro, la salud precaria, una alta tasa de mortalidad infantil y la probabilidad de vida mucho más corta que hoy en día. Pero esa existencia ruda creaba, al mismo tiempo, un vínculo más estrecho entre los actores de los grupos sociales, la vida y el trabajo estaban vinculados más íntimamente. Cada uno se sentía más responsable y había la impresión de disfrutar de más autonomía.
En la sociedad actual, en cambio, el trabajo, que se volvió mucho más intangible, tiene tendencia en desconectar al hombre y a la mujer de su medio ambiente. Algunos viven a un ritmo cada vez más rápido, están comprometidos totalmente y carecen de tiempo libre. Se lanzan a ojos cerrados en una carrera desenfrenada hacia la consecución de más bienes materiales y más poder, teniendo como consecuencia una insatisfacción persistente e incluso creciente.
Su nivel de vida compensa mal su soledad en la muchedumbre. Sus relaciones humanas tienen tendencia de ser reemplazadas por el correo electrónico, y el poco tiempo que les queda lo pasan ante la televisión o surfeando o chateando por Internet. Así se hunden más en su aislamiento.
Como era lógico de esperar el mundo actual, el del siglo XXI, es y será muy distinto al del mundo que conocimos hace unas pocas décadas atrás. Son muchos los cambios radicales que se han introducido en nuestro ritmo de vida, sobre todo en materia de transporte y comunicaciones. El desarrollo de las comunicaciones aéreas, los trenes superveloces, las redes de caminos y su concomitante, los millones de automóviles, todo ello ha contribuido a crear esta “aldea mundial” de la que hablaba un escritor no hace mucho.
Observemos el cambio producido desde la introducción del teléfono, en 1876, por el escocés Alexander Graham Bell. Dieciséis años antes, en 1860 —hace sólo 147 años, o sea cinco o seis generaciones atrás— se introdujo el primer tranvía arrastrado por caballos, y en Titusville, Pennsylvania, se construyó la primera refinería de petróleo.
Todos estos cambios afectan directamente el modo de vida de las personas y de una sociedad. Ahora la vida es más rápida, las oportunidades son mayores, el tiempo es escaso. La competencia en el trabajo, en la industria y el comercio, es incomparablemente mayor que hace una generación atrás. Todo esto fue observado por Alvin Toffler en su libro: El shock del futuro, publicado en 1970 y que cobra actualidad.
Otro cambio social de gran importancia y que no podemos dejarlo a un lado es la transformación del núcleo familiar. La mujer que trabaja ya no es la excepción sino la regla. Hoy un porcentaje muy importante de las madres con hijos en casa trabajan fuera del hogar. Las personas tienen menos tiempo libre, y junto con eso, la gama de actividades en las que pueden ocupar el tiempo disponible es inmensamente variada. El grupo familiar, asimismo, ha evolucionado. Los hijos se independizan mucho antes, los divorcios son más frecuentes, las familias con un sólo padre o madre son más numerosas, las raíces son menos profundas.
Esto se refleja igualmente en el trabajo. Los individuos cambian de empleo con mayor facilidad, muchas veces cambian también de profesión. La persona ambiciosa, que quiere progresar en la vida, ya no siente lealtad hacia su empleador, sino que busca su adelanto cambiando de trabajo.
Vemos asimismo la fragmentación de naciones por conflictos étnicos, religiosos y culturales y el uso del terrorismo como instrumento político. Y si a todo esto le agregamos que el mundo enfrenta desafíos inconmensurablemente más serios que aquellos que aquejaban las generaciones anteriores. Los problemas de la destrucción ecológica, la deforestación, la contaminación del aire y el agua, la sobreexplotación de los recursos marítimos, el desperdicio de los recursos naturales, el aumento demográfico incontrolado, el aumento de la temperatura mundial, con los consecuentes trastornos meteorológicos, etc.
Bien se ha definido nuestra época como la era de la comunicación. El impresionante desarrollo de la electrónica, que se ha transformado en la primerísima industria mundial, sobrepasando todas las industrias antes conocidas, así como sus aplicaciones en la comunicación, están modificando de manera radical la forma como la gente trabaja, se entretiene y hace sus compras. Nos atrevemos a señalar que nadie alcanzó a prospectar, en ningún escenario que el gigantesco desarrollo de la electrónica podía ejercer un cambio sin precedentes en la historia de la humanidad sobre la sociedad del siglo XXI.
Muchos de nosotros, en la última mitad del siglo próximo pasado hemos visto la introducción de la televisión, la computadora personal, y luego la portátil, el fax, los teléfonos celulares, las transmisiones por satélite, y finalmente la Internet. Esa INTERNET con MAYÚSCULA, cuyo gigantesco desarrollo nadie pudo prever.
La presencia de la Masonería en la Internet ha cobrado un impulso extraordinario en estos últimos años. Casi todas las Grandes Logias y los demás Cuerpos Masónicos en el mundo han abierto sitios en la Internet. Este es un instrumento de publicidad y de instrucción que no tiene paralelo en la historia. También tiene su lado negativo, pues su absoluta falta de control permite a toda clase de personas o grupos mal intencionados propalar mentiras y hacer propaganda racista rayana en lo criminal. No hay que dejarle el campo libre a los calumniadores del espacio cibernético.
El efecto del futuro de la Internet en la Masonería es difícil de predecir. Existen en la actualidad miles de sitios Masónicos en el universo, y su número crece día a día; el ejemplo más claro lo tenemos en los blogs Masónicos, que por ser gratuitos se multiplican cada día. Esto permite un intercambio de ideas e informaciones entre los Masones sin reconocer fronteras ni principios de “regularidad” o “irregularidad”. No sólo eso, ya en Inglaterra, el país conservador por excelencia, se inauguró una Logia Virtual en la Internet. Por supuesto, no podemos concebir, por lo menos con la tecnología actual, ejecutar Ceremonias Masónicas en el espacio cibernético, aunque ya en la televisión internacional se vienen presentando, pero no hay duda que debemos utilizar esta herramienta extraordinaria de comunicación para nuestros fines, tanto en la publicidad como en la instrucción. Lo que sí tenemos claro es que en el futuro no muy lejano se van a realizar Ceremonias Masónicas en la realidad virtual. Por ahora, la Internet ya otorga esas posibilidades.
Hoy por hoy, podemos encontrar en la Internet TTall:. virtuales como el de “Fraternidad Virtual”, primer Ciber-Taller Masónico Universal, fundado el 27 de diciembre de 1999, integrado según acta constitutiva por HH:. de diferentes países y de ritos diferentes, lo cual nos hace pensar que en el presente siglo habrá que adecuar un Rito Cibernético para la Internet. Además, poseen una biblioteca virtual y librería. De la misma forma encontramos en la Internet la “Logia Red”, primera Log:. Masónica virtual interactiva en la red. Levantaron CCol:. bajo dispensa el 21 de marzo de 1997 (e:. v:.). En la actualidad cuenta con Carta Patente y trabaja en chat y por e-mail. Igualmente podemos hallar una página dedicada a la Masonería Juvenil, conocida como la “Ciudad Virtual del AJEFISMO”. Por último, tenemos la “República Masónica Acacia”, es un Temp:. Masónico del Universo virtual, es un lugar en el ciberespacio en donde se encuentran y conviven ciudadanos de todo el mundo, como en cualquier otra ciudad cosmopolita, con la sola particularidad de que todos ellos son Francmasones, sin distingo de ninguna clase, de suerte que este es un centro de unión y medio de conseguir una verdadera fraternidad entre HH:. que, en otros lugares y circunstancias, hubieran permanecidos distanciados.
Finalmente, la apertura que hemos señalado de la Internet se refleja también en la proliferación de publicaciones Masónicas. En su gran mayoría son destinadas exclusivamente a los Masones, pero en Inglaterra comenzó a publicarse hace poco una hermosa revista a todo color, llamada Freemasonry Today (La Masonería Hoy), destinada específicamente al mundo profano, a la venta a través de librerías y quioscos de periódicos. Este es un nuevo intento de abrirse al mundo profano, explicar lo que hacemos, y contrarrestar en la medida de lo posible la propaganda mendaz de los antimasones. También las bibliotecas y museos masónicos están ahora abiertos al público. Existe una organización internacional de bibliotecarios, archivistas, conservadores y directores de museos Masónicos, la MLMA, que celebra asambleas anuales.
Preguntamos: ¿Qué debemos hacer frente a estos hechos concretos en materia de desarrollo y cambios en la sociedad? ...¿Cuál debe ser nuestra posición frente al avance vertiginoso de la comunicación? ...¿Qué hacer con una Masonería en Internet con acceso las 24 horas del día de todo el año y abierta al mundo profano? Nos podemos hacer muchos interrogantes más. Lo cierto es que estamos frente a una realidad fehaciente que debemos aceptar, y a la cual tenemos la obligación de asumir posiciones para darle el vuelco necesario a nuestra Ord:., porque de lo contrario seríamos irresponsables con nuestra Institución y estaríamos dejando entre ver nuestra ineptitud e incapacidad ante fenómenos del desarrollo social y las necesidades verdaderas de asumir un papel en que hagamos propuestas que contribuyan a responder estos interrogantes y así no quedarnos con respecto al desarrollo científico y tecnológico que vivimos en este momento histórico.
La Masonería del siglo XXI, nos exige actitudes dispuestas al cambio, y nos obliga, a que, con la mayor seriedad y sinceridad posible, superemos resistencias de intereses creados, que se aferran a rutinas y a estructuras que debemos vencer. Son grandes tareas de fondo que se requieren, la realización de cambios estructurales, cuantitativos y cualitativos, audaces y valientes, en las políticas y estrategias, en la estructura organizacional, en la metodología educacional, en la acción interna y externa. En el desarrollo de nuestra Orden hay exigencia de un trabajo ordenado y eficaz y un gran esfuerzo de eficiencia. Ante estas tareas, que a veces se nos antojan gigantescas, creemos que podemos abordarlas y superarlas. Pensamos además que estamos en condiciones de construir una nueva y mejor etapa de nuestra historia, pero hagámoslo ahora, es preciso y urgente que lo hagamos ahora, hoy, antes de que sea demasiado tarde. Tenemos la responsabilidad de hacerlo, de lo contrario la historia nos juzgará. Pues, es lógico e incluso saludable que, en un mundo en cambio constante, en el que la revolución tecnológica ha roto fronteras, tabúes, prohibiciones e incomunicaciones. En el que, las facilidades de comunicación que entre otros medios nos brinda Internet. En el que la información está accesible a todos cuantos la requieran, los más avanzados de nuestros HH:. sientan la necesidad apremiante de preparar a la Ord:. para los retos a los que ya debe enfrentarse en este siglo que comienza. ¿Por qué no seguir el ejemplo de nuestros HH:. del siglo XVIII?
Estos HH:., dignos herederos de aquellos Antiguos y Libres Francmasones que, en los albores del siglo XVIII, sintieron la necesidad de transformar la vieja Francmasonería Operativa, dotándola de una nueva estructura que la convirtiera en Especulativa, se plantean hoy el mismo dilema que se planearon aquellos: dotar a la Francmasonería de estructuras nuevas, realizar una lectura actual de los viejos Landmarks, asumiendo todas las tradiciones, librar a la Masonería de la burocracia, el fariseísmo de predicar una fraternidad y tolerancia, que no practica con aquellos de sus miembros que cuestionan estructuras y modos. En resumen, abrir las ventanas al viento, para que renueve la atmósfera cargada de intolerancia, dejadez, apatía, derrotismo y pereza, dejando que penetre por nuestros viejos ventanales la leve luz de esta nueva alba que ahora comienza para la Humanidad.
La Masonería se ha mantenido, gracias a muchos y valiosos Masones, como hay muchos en el mundo, que se interesan y preocupan por la misma, pero es necesario que todos nos involucremos en la hermosa tarea de darle validez a sus principios y postulados para unificarla y hacerla tan grande como tan grandes sean nuestros ideales y las prácticas que hagamos de ellos, en el mundo interno y externo.
QQ:. HH:., querámoslo o no, es el momento de la asunción de la nueva Masonería, de la Masonería del siglo XXI, porque hoy, todos ustedes lo saben perfectamente, vientos innovadores y de cambios, recorren buena parte del mundo, que inevitablemente propiciarán el ascenso a niveles superiores de desarrollo, a muchos estados y organizaciones en donde no debe estar excluida nuestra Ord:.
Lo que deseamos, es que las presentes y futuras generaciones, con capacidad y conocimiento de los avances científicos y tecnológicos, informáticos y cibernéticos, diseñen los nuevos esquemas. Estructuren las nuevas estrategias y los nuevos programas, que hagan que la Institución Masónica, cumpla real y definitivamente con la función de formación de hombres, de una estructura moral, que los distinga en donde quiera que se encuentren, dentro y fuera de nuestras Logias.
Debemos comenzar con nuestras computadoras personales, para que por medio de disquetes, CDs, memorias USB, etc., hagamos una guía de enseñanza personal, que permita al Masón, adquirir mediante un programa previamente diseñado, los conocimientos del grado deseado. Asimismo, enseñarles a nuestros HH:. el manejo de Internet y a operar la computadora a quienes no lo saben. Pues, no importa que tengamos 50, 60 o más años para aprender a operarla. Debemos tener claro, quien no tenga acceso a la computadora y por ende a la Internet en pleno siglo XXI, es el nuevo analfabeta del siglo, así sea el más erudito profesional en cualesquiera de las áreas del saber, pero es un nuevo analfabeta de este milenio.
Paralelamente y para que no sea únicamente el simple conocimiento, deberemos diseñar la forma en que sin perder nuestras tradiciones, a esta nueva Masonería cibernética, se le instruya con el conocimiento de la historia mitológica y la enseñanza que da la filosofía de los tres grados, que le dé el toque misterioso y discreto, para que no pierda su condición con la que fue creada.
Debemos también utilizar y aplicar, los principios avanzados de la Masonería, utilizando las nuevas técnicas y procedimientos audiovisuales, como vídeos cassettes, con ilustraciones del simbolismo de los tres grados, conferencias con temas Masónicos, software (programas de computadora) sobre el simbolismo de los tres grados, para que se divulguen y se estudien, claro que todo esto, sin dejar de asistir y trabajar en Logia, para que se complemente con la practica de la fraternidad y la oratoria en la tribuna. Que le permita al H:. el afianzamiento de su formación de liderazgo. Repetimos una vez más, esto que estamos planteando no nos puede sorprender puesto que en la televisión internacional se están presentando iniciaciones de Masones.
La Francmasonería, además de lo que hemos sugerido, tendrá que prestarle atención a los siguientes aspectos:
- Atraer elementos de valor a la Orden, profesionales e intelectuales, políticos y científicos, artistas y escritores, y capacitar cuadros de líderes jóvenes.
- La Masonería autodenominada “Regular”, deberá solucionar el problema de las LLog:. Mixtas y Femeninas, aunque difícil pero no imposible.
- Solucionar el problema de la “regularidad” Masónica, tendiendo a estrechar la unidad Masónica en todo el mundo, entre todas las Instituciones Masónicas que cumplan ciertos principios básicos pero sin imponer una visión determinada del sentimiento religioso.
- Evolucionar hacia una Francmasonería abierta, transparente y universalista, libre de toda discriminación religiosa o racial. Establecer mecanismos de relaciones públicas para refutar las malévolas acusaciones de nuestros enemigos.
- Prestar especial atención a la educación laica en todos los niveles de la enseñanza.
Esto que estamos planteando, afortunadamente organismos Masónicos internacionales como CLIPSAS y COMAM, por ejemplo, vienen desarrollando una ardua labor en esta materia, de la cual somos testigo, porque hemos participado activamente en los foros internacionales en distintos países.
Por otra parte, y así finalizar nuestros planteamientos, nos atrevemos decir que los hombres que no son utópicos, nunca podrán predecir absolutamente nada, pues no pueden proyectarse, no pueden planear su futuro, porque su concepción o formación no se los permite y como somos utópicos, de lo expuesto podemos asegurar, a manera de conclusión, que la prospectiva de la Francmasonería en el presente siglo, quiérase o no, será la consolidación de la confraternidad universal, utilizando como herramienta fundamental la Internet. La Masonería en Internet ha logrado lo que nunca pudieron hacer en más de dos siglos —muchas Confederaciones Masónicas, Potencias Masónicas, Grandes Orientes o llámese como se quiera llamar—, unir a los autodenominados “Masones Regulares” con los “Irregulares”.
...¡ Que así sea..!
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1 comentario:
Q:.H:. Mario Morales: el tema que has tratado es de una importancia capital para todos los H:.H:. y no solo importante sino que ademas urgente. Nuestra hermandad tiene en este siglo desafíos que debe asumir hoy tal como lo ha hecho en el pasado. Estoy segura que entre todos lograremos iluminar soluciones, pues tenemos una herramienta ( internet )que puede hacer muy grande a nuestra Orden. Felicitaciones por el trabajo y me despido con un TAF
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